Desde el 8 de marzo, los profesores de las escuelas públicas en São Paulo, la mayor ciudad en Brasil y Latinoamérica, se han ido a la huelga contra una reforma de pensiones planteada por el millonario alcalde de derecha, João Doria (PSDB).
En su última asamblea masiva, convocada el 22 de marzo en frente de la alcaldía de la ciudad de São Paulo, miles de profesores votaron unánimemente a favor de continuar la huelga hasta que Doria retire su reforma propuesta de pensiones, la cual cual está siendo discutida en el Concejo Municipal.
El 13 de marzo, cinco días después del inicio de la huelga, el diario Folha de São Paulo reportó que el 93 por ciento de escuelas se vieron afectadas por la huelga, con casi el 50 por ciento de ellas cerradas por completo; estas cifras se han mantenido desde entonces. La gran participación de los profesores en esta huelga, la más grande en años recientes, es otro ejemplo de las crecientes luchas globales de los profesores contra la austeridad, que en el caso de São Paulo toma la forma de un ataque a las pensiones.
La reforma jubilatoria de Doria extiende los ataques contra los profesores y otros trabajadores del sector público de São Paulo que fueron planteados inicialmente por su predecesor, el alcalde el Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad. En el 2015, Haddad propuso una pensión máxima de casi 5.600 reales (US$1.692), la cual recortaría las pensiones del 57 por ciento de profesores y otros trabajadores del sector público, además de la creación de un plan complementario de pensiones (SAMPAPREV), administrado por fondos privados.
Después de dos grandes manifestaciones de profesores en el 2016, Haddad retiró su propuesta para las pensiones y “prometió no cambiar el sistema de pensiones de São Paulo este año”, reportó el diario Estado de São Paulo en aquel momento.
No obstante, después de perder la elección del 2016 ante Doria, tres días antes de dejar el cargo, en una acción traidora contra los trabajadores del sector público, Haddad envío la propuesta del SAMPAPREV una vez más al Concejo Municipal, lo cual allanó el camino para que Doria extienda los ataques de Haddad contra los profesores y otros trabajadores del sector público.
Además de la creación del SAMPAPREV, la reforma de pensiones de Doria incluye un aumento en las contribuciones jubilatorias de los empleados del 11 al 14 por ciento y la creación de un sistema de pensiones de capitalización completamente financiado que sería administrado por fondos privados para aquellos trabajadores que entren al sector público después de la aprobación de la reforma de pensiones.
Una de las medidas más controversiales es la de una contribución extra de entre 1 y 5 por ciento, dependiendo de las tasas salariales de los trabajadores públicos durante los próximos 75 años, que incrementaría la contribución a las pensiones de hasta el 19 por ciento; esto fue retirado de la reforma de pensiones luego de la manifestación más grande de profesores en la historia de São Paulo, en la que 80.000 de ellos protestaron el 15 de marzo en frente de la alcaldía.
La justificación de Doria para la reforma de pensiones es el creciente déficit del fondo, el cual llegó a 4,7 mil millones de reales (US$1,4 mil millones) el año pasado y se espera que llegue a 20,8 mil millones de reales (US$6,3 mil millones) en el 2025. Paulo Uebel, el secretario administrativo de Doria, en una entrevista con Folha, declaró: “la cantidad de dinero que está siendo invertida para cubrir el déficit de pensiones no está siendo invertida en la educación, la salud y otras áreas claves”.
Sin embargo, esta justificación, que repite la alegación de la clase gobernante en todo el planeta de que “no hay dinero”, es una mentira. No sólo ignora el incremento en la recaudación de impuestos el año pasado y la expectativa de otro incremento de hasta 15 por ciento este año, tampoco toma en cuenta el hecho de que São Paulo gasta 38,5 por ciento de sus ingresos al pago de salarios y pensiones de trabajadores públicos, mucho menos que el 58,2 por ciento de Rio de Janeiro, en dónde las contribuciones de pensiones fueron aumentadas un 14 por ciento.
La alegación de que “no hay dinero” está enraizada en los intereses parasíticos de los bancos y las corporaciones que dominan el Estado brasileño. Datos del secretariado de finanzas de São Paulo revelaron que la deuda activa mantenida por los principales bancos y corporaciones es de 102 mil millones reales (US$31 mil millones) casi el doble del presupuesto anual de la ciudad.
Los dos principales poseedores de la deuda de São Paulo son los bancos Santander e Itaú, cuyas ganancias en el 2017 subieron un 35,6 y 12,3 por ciento respectivamente, comparado al 2016.
La reforma de pensiones de Doria, incluyendo la creación de dos sistemas de pensiones administrados por fondos privados, se inclina a beneficiar más a los bancos privados e incrementar sus ganancias. Más aún, no sólo es el caso de los principales bancos, sino de las grandes corporaciones que, desde el momento en que Doria tomó el poder, han comenzado a ver a las finanzas públicas de São Paulo como un medio para incrementar sus ganancias.
En el primer mes de su Administración, Doria tuvo encuentros frecuentes con empresarios, y en febrero del año pasado realizó un viaje internacional a Corea del Sur, China y a las monarquías petroleras de Oriente Próximo en busca de nuevos inversionistas para un enorme programa de privatización que fue aprobado en el Concejo Municipal el pasado setiembre.
Además del esquema de privatizaciones, Doria está llevando a cabo una serie de asociaciones con corporaciones privadas, que él afirma tendrán “costo cero al tesoro público”.
La “contribución” corporativa más controversial del año pasado fue la “donación” de 165 tipos de medicinas de 12 industrias farmacéuticas al sistema de salud público de São Paulo. La mitad de éstas tenía menos de un año para expirar y por lo tanto no podían ser vendidas comercialmente. No obstante, a cambio, las industrias farmacéuticas fueron exoneradas de pagar el impuesto de bienes y servicios a São Paulo por tres meses, sumando a una exoneración total de 66 millones de reales (US$20 millones), tanto como el doble del costo de las medicinas que iban a caducar.
Los intereses de clase de Doria están totalmente claros: crear nuevas oportunidades de negocio en São Paulo a expensas de recortar los estándares de vida de los profesores, los otros trabajadores del sector público y la población trabajadora de la ciudad en conjunto. Con un valor neto de 180 millones de reales (US$54 millones), Doria es un rico que gobierna en los intereses de aquellos aún más ricos.
Estas nuevas oportunidades empresariales están tomando lugar principalmente mediante LIDE, el enorme grupo de cabildeo de Doria con casi 1.800 corporaciones asociadas. Los medios corporativos han señalado ellos mimos los “conflictos de intereses” en este proceso. Folha, por ejemplo, reportó el pasado setiembre que “Doria otorga espacio en su Administración a las corporaciones que están asociadas con LIDE”.
Junto con su programa de privatización, Doria comenzó su mandato con una enorme agenda de austeridad. En su primer mes en el poder, congeló 2,6 mil millones de reales (US$785 millones) en los fondos de educación y salud públicas, recortando el gasto público en estas áreas en 28,5 y 20,7 por ciento, respectivamente. De los 6,1 mil millones de reales (US$1,8 mil millones) que se esperaba que fuesen invertidos en São Paulo en el presupuesto del 2016, Doria recortó 75 por ciento el año pasado. El presupuesto para este año muestra recortes de 34 por ciento a las viviendas públicas, 23 por ciento en infraestructura y construcción, 15 por ciento en deportes y 15 por ciento en cultura.
Este año, por encima del 5 por ciento de incremento en tarifas de buses, Doria está preparando cambios profundos en el sistema de buses de São Paulo, como la reducción de 149 líneas de buses, el 11 por ciento de las 1.336 líneas de buses de la ciudad, y también la reducción en el número de buses, con 7 por ciento menos buses en las calles; estas medidas obligarán a los pasajeros a incrementar el número de transferencias de un bus a otro y aumentar el tiempo de viaje promedio de una hora a tres horas.
Doria también está preparando un plan de reestructuración en el sistema de salud en São Paulo con el cierre de 108 clínicas de urgencias, que él afirma serán transferidas a otras unidades de cuidado a la salud. La oficina del fiscal general de São Paulo ya ha abierto una investigación sobre las acusaciones contra el Gobierno de la ciudad por “violentar los derechos de los ciudadanos a un cuidado de salud”, motivada por una petición de 4.000 firmas entregadas por residentes afectados por los cierres.
Con respecto a la educación, el pasado abril, Folha reportó que las escuelas no recibirían más suministros básicos de arte ni otros materiales necesitados por estudiantes y profesores. También hubo un salvaje recorte al programa de distribución de leche ( Leve Leite ) para los estudiantes pobres, con 73 por ciento de los beneficiarios afectados por el recorte. También se recortó el transporte gratuito a escuelas para estudiantes discapacitados y aquellos estudiantes que viven en áreas de São Paulo con acceso difícil al transporte público y hubo un cierre de áreas de juego y bibliotecas en kindergártenes.
Uno de los principales problemas que confronta a las familias de clase trabajadora de São Paulo, un déficit de más de 65.000 espacios en centros de cuidado diurno ( creches ), estará lejos de ser resuelta por la Administración de Doria, el cual prometió resolverlo en el 2017, pero creó sólo 20.000 espacios el año pasado.
Ante todos estos ataques, manifestaciones y protestas aisladas se han desarrollado desde que Doria tomó el cargo. En marzo del año pasado, los empleados tercerizados de cultura tomaron las calles para protestar contra el recorte de 43 por ciento de Doria al financiamiento de cultura, el cual acabó con clases de danza, teatro y arte en escuelas y afectó a más de 4.000 estudiantes. A comienzos de este año, los padres protestaron contra el fin de la transportación escolar gratuita para sus hijos. El pasado miércoles, 21 de marzo, el Movimiento Sin Techo ocupó las oficinas de la secretaría de transporte de la ciudad para protestar contra el cierre de las líneas de buses.
Con la huelga de los profesores, el movimiento contra la agenda de austeridad de Doria ahora obtiene una nueva dimensión. Al mismo tiempo, los mismos problemas presentes en la huelga por los profesores de EUA en el estado de Virginia Occidental y luchas similares alrededor del planeta están siendo planteadas a los profesores de São Paulo, quienes deben dirigirse a otros empleados públicos y la población trabajadora de São Paulo en su conjunto para unificar la lucha contra la austeridad de Doria.
Sin embargo, para que la lucha realice semejante turno, los profesores de São Paulo no pueden dar su confianza a las dirigencias burocráticos de los sindicatos. Claudio Fonseca, el presidente por más de 30 años del sindicato de profesores de São Paulo (SINPEEM) es también un concejal de la ciudad que representa al PPS (Partido Popular Socialista). Siendo un partido que surgió como una escisión del estalinista Partido Comunista Brasileño a comienzos de los noventa, el PPS sirve como parte de la base política de Doria en el Concejo de la Ciudad.
Fonseca tiene un historial de traición contra los profesores. En el 2012, canceló una huelga de siete días de los profesores, a pesar de que los profesores votaran por su continuación. Al mismo tiempo, los profesores indignados rodearon un camión de sonido desde el cual Fonseca estaba hablando, manteniéndolo por dos horas hasta que logró huir con la ayuda de la policía. Una profesora retirada entrevistada por el sitio web Rede Brasil Atual declaró que “ya había visto a la policía reprimir manifestaciones de trabajadores, pero en cuanto a represión sindical, esta era la primera vez”.
Al igual que en Argentina, la sección brasileña de la morenista Fracción Internacional de la Cuarta Internacional, el Movimiento Revolucionario dos Trabalhadores (MRT), está haciendo un llamado a la federación sindical más grande de Brasil, la CUT –controlada por el PT— y el CTB –controlado por el Partido Comunista del Brasil— “para poner a los trabajadores de vuelta en la lucha” contra la austeridad.
Sin embargo, esta organización deliberadamente busca oscurecer la hostilidad de los sindicatos hacia los intereses de los trabajadores y las experiencias acumuladas por la clase trabajadora brasileña con las traiciones llevadas a cabo por el CUT y el CTB en la lucha contra el programa de austeridad del presidente de Brasil Michel Temer.
Desde la destitución de Dilma Rousseff (PT), el CUT, el CTB y sus frentes populares aliados –Brasil Popular y Povo sem Medo— no movilizaron a los trabajadores contra la reforma de educación secundaria del 2016, lo cual condujo a una ola de ocupaciones de escuelas y universidades, la enmienda constitucional que congeló el gasto social por 20 años y resultó el año pasado en que el gasto federal a la educación y salud declinara 3 por ciento comparado al 2016 y la reforma laboral de Temer.
La lucha contra la austeridad de Doria y Temer plantea la necesidad de formar comités de base de profesores, estudiantes y la población trabajadora de São Paulo en un movimiento político unificado de masas contra la afirmación de que “no hay dinero”. Esto puede ser llevado a cabo sólo por medio de un quiebre con los sindicatos y la construcción de un movimiento socialista de la clase trabajadora, con la demanda de expropiar los principales bancos y corporaciones, los cuales son los responsables de la falta de dinero para los derechos sociales.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de marzo de 2018)