Las protestas que han estallado contra el gasolinazo a inicios de este mes contra los recortes a los subsidios de gasolina continúan a través del país. En Baja California, las protestas coinciden con la inmensa ira social dirigida al gobernador panista del estado Francisco Vega y su intentado en forzar legislación que hubiera privatizado los servicios de agua. La medida fue respaldada por los partidos ostensiblemente “centroizquierdistas” PRD y Movimiento Ciudadano.
El 22 de enero, se coordinaron protestas a través del país. En Tijuana aproximadamente 18 mil manifestantes se reunieron en la glorieta del monumento a Cuauhtémoc y procedieron a marchar al palacio municipal. Alrededor de 20 mil participaron en las demostraciones en el palacio municipal de Mexicali. Las manifestaciones bajacalifornianas agregaron demandas por la renuncia del Gobernador Vega a las demandas por la renuncia al presidente Enrique Peña Nieto a nivel nacional.
La inmensa ira provocada por los esfuerzos para subordinar al beneficio privado un derecho social tan básico como el acceso al agua obligo a que Vega abrogara la medida previamente en enero. Los propuestos aumentos de tarifa más extremos fueron en Tijuana, donde la tarifa mínima de 59.1 pesos el metro cúbico hubiera subido a 99.5 pesos; y en Playas de Rosarito de 81.2 a 99 pesos. Además, la ley hubiera permitido a las entidades privadas cortar el suministro hídrico tras 90 días de impago, medida que se considera anticonstitucional. Aun con precios actuales, las tarifas residenciales en áreas urbanas de Tijuana sobrepasan el costo de brindar servicios similares del otro lado de la frontera en San Diego.
A pesar de la abrogación, las protestas contra el gobierno estatal continúan en conjunto con las que siguen en curso en un país azotado por inflación y una economía de desempeño bajo crónico cuyo futuro sigue en incertidumbre tras la elección de Donald Trump.
Desde su llegada al poder, Trump ha exigido que México pague de entre 12 a 15 mil millones dólares por un muro fronterizo y ha amenazado librar una guerra comercial a través de la renegociación del Tratado de Libre Comercio. El peso ha perdido aproximadamente 13 por ciento de su valor en relación con el dólar. A la vez, el costo de gasolina se espera aumentar de 14 a 20 por ciento, lo cual subiría el precio de todos los productos, cargando aún más las capacidades de familias de clase obrera en pagar por necesidades básicas. La cancelación de una reunión prevista con Trump no hará nada en resolver el estado de crisis en que se encuentra el gobierno mexicano, dado una tasa de aprobación para el presidente que se mantiene precariamente de un solo dígito.
Integrantes del Partido Socialista por la Igualdad y Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social intervinieron en las demostraciones en curso el domingo del 29 de enero para platicar con los presentes sobre las condiciones sociales y políticas en México, el significado de la presidencia de Trump y la necesidad de un programa socialista que insiste en la unidad internacional de la clase obrera.
Manifestantes gritaron “¡Fuera Peña, fuera Kiko!” y llevaron pancartas expresando su indignación no solo contra el gasolinazo y la intentada privatización de agua, sino una gama de quejas de larga data, incluyendo las contra-reformas dirigidas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las desapariciones dentro del estado y de los 43 normalistas de Iguala.
Aproximadamente 400 personas se sumaron a la manifestación. Una camioneta equipada con bocinas y micrófono guió la marcha por la ciudad a la vez que ciudadanos denunciaron el gobierno. El Profesor Juan Ramírez, miembro de la organización política “apartidista” Ciudadanos Unidos de Tijuana, fue el orador principal durante la marcha. Sus declaraciones consistieron en mayoría de las exigencias más estrechas dirigidas al gobierno municipal.
El hecho de que el destino de la marcha fue un palacio municipal vacío simboliza la indiferencia de la elite dirigente ante las necesidades y aspiraciones de las masas obreras, y mostró la perspectiva de protesta sin salida de los dirigentes ‘Ciudadanos Unidos de Tijuana’. Sin embargo, entre los que se unieron a la manifestación había muchos buscando una manera de luchar contra el gobierno y el deterioro de las condiciones sociales en México.
“Me da mucho gusto que el pueblo se esté levantando, es bueno ver que los mexicanos empiezan a despertarse,” dijo Lorena. “Esta manifestación demuestra que no vamos a tolerar la privatización del agua o pagar 18 pesos por un litro de gasolina.
“Yo no creo que la gente trabajadora está siendo representada. Todos ellos son igual de deshonestos – ni el PRI o el PAN o el PRD. Todos son iguales de corruptos, enriqueciéndose del pueblo. Nunca cumplen con lo que habían prometido. Llevaba 25 años votando por el PRI, pero con todo lo que está pasando, ya estuvo.”
Aunque expreso esperanza de que un partido como Morena, dirigido por Andrés Manuel López Obrador, podría ofrecer alguna alternativa, indico que figuras como AMLO son cortados por la misma tijera. “Es cierto, hasta los que se pintan como no parta del sistema vienen siendo del mismo grupo de los demás. Hasta ahora como no han tenido oportunidad de estar en el poder tendríamos que ver para ver cómo sale todo.”
“Es importante que la gente salga para defender la Constitución, lo cual la ley de aguas hubiera contravenido. Necesitamos una solución a los partidos políticos que tenemos ahora, que solo existen para el beneficio de las clases ricas,” dijo Miguel, uno de los manifestantes. “Me gustaría que los medios reportaran sobre las protestas más extensivamente, y que dijeran la verdad acerca de ellas. Nos tratan de pintar como provocadores sin trabajo o que hacer. Eso obviamente no es cierto, estamos aquí pacíficamente.”
Alicia, una trabajadora doméstica, dijo “Sí hay peligro de que esto podría ser desviado. Lo que tenemos es un gobierno que solo representa a los ricos, a los millonarios. No tiene sentido de que tengamos una de las personas as ricas del mundo, Carlos Slim, y que solo gane uno un salario mínimo de 80 pesos. Eso no cubre nada, y el precio de todo sigue subiendo.”
Miembros del Partido Socialista por la Igualdad tuvieron oportunidad de dirigirse a la multitud reunida, haciendo hincapié a la dimensión internacional de la lucha que se enfrenta a los trabajadores, y a consecuencia, la necesidad de unir los trabajadores mexicanos y estadounidenses a través de la frontera que los divide.
“Nos tenemos que unir [internacionalmente], y tenemos que ser muy conscientes de que México hablamos – el México obrero. ¡Que viva la clase obrera internacional!” explico un orador del PSI. Estas declaraciones fueran recibidas con gritos de “¡Viva!” y aplauso, y muchos de entre la multitud pidieron folletos e información.
Las protestas expresan una creciente conciencia popular que el establecimiento político mexicano es fundamentalmente hostil a las necesidades de las masas de los trabajadores. Lo que falta, sin embargo, es un liderazgo revolucionario consciente en la clase obrera. Esta carencia aumenta el peligro que las protestas disipen su creciente ira tras de una u otra ala del establecimiento político burgués. Lo que se requiere urgentemente es construir la sección mexicana del Comité Internacional de la Cuarta Internacional para enlazar las luchas de la clase trabajadora a lo largo de Norte América a base de un programa socialista e internacionalista.