El WSWS invita a los lectores a asistir a una importante discusión el miércoles por la noche sobre el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024: “De la oligarquía, por la oligarquía, y para la oligarquía, el gabinete de Trump y la reestructuración del Estado estadounidense”. Regístrate aquí.
El World Socialist Web Site y el Partido Socialista por la Igualdad apoyan plenamente la huelga de dos días esta semana por parte de casi 40.000 trabajadores de la Universidad de California, abarcando el sistema médico de la UC, cafetería, conserjería y transporte. La huelga debe formar parte de un movimiento más amplio de la clase trabajadora en defensa de empleos bien remunerados y del sistema de salud, que está bajo un ataque sin precedentes por parte de la clase dominante.
Las demandas justas de los trabajadores de la UC incluyen un salario inicial de no menos de $25 por hora con aumentos salariales que superen la inflación y ningún aumento en las primas del seguro. Los ingresos de los trabajadores también se ven reducidos por el coste de los parqueos, que según los trabajadores es de alrededor de $70 al mes.
La disminución de los salarios y las prestaciones son problemas por los que los trabajadores luchan en todas partes. Es la más reciente huelga importante en todo Estados Unidos este año. Anteriormente, más de 33.000 trabajadores de Boeing y 46.000 trabajadores portuarios de la costa este y del golfo de México llevaron a cabo fuertes huelgas. Esto es parte de un movimiento global, que incluye una huelga en curso de más de 50.000 trabajadores del correo canadiense.
Los trabajadores de la salud han estado a la vanguardia, con huelgas masivas en los EE.UU. y en todo el mundo desde el inicio de la pandemia, en la que la salud pública se ha sacrificado ante las ganancias.
El sistema de la UC también está emergiendo como un importante campo de batalla político. Los estudiantes de posgrado han lanzado tres huelgas desde 2019, incluida una huelga en todo el sistema a principios de este año contra la represión de las protestas contra el genocidio. Al ser uno de los mayores empleadores del estado y estar controlado por una junta directiva repleta de corporativos demócratas como el gobernador Gavin Newsom y los súper ricos, los campus de la UC han pasado de ser instituciones académicas de renombre mundial a ser una expresión concentrada de desigualdad capitalista.
Por eso esta huelga es ante todo una lucha política. Los trabajadores no solo luchan contra sí mismos, sino contra el control de una pequeña oligarquía sobre todos los aspectos de la sociedad. Se oponen a un sistema político completamente dominado por la élite gobernante.
Esta es la primera nueva huelga importante en los Estados Unidos desde las elecciones presidenciales de este mes. Cualesquiera que sean las ilusiones de quienes votaron por Trump, el nuevo Gobierno provocará un conflicto social masivo a una escala nunca antes vista en los Estados Unidos.
Trump busca convertir la presidencia en una dictadura fascista, la forma más extrema de gobierno de, por y para la oligarquía empresarial. Esto se considera necesario para llevar a cabo un ataque masivo contra la clase trabajadora.
El sistema de salud es el objetivo número uno de este asalto planificado. Elon Musk, designado para dirigir el llamado “Departamento de Eficiencia Gubernamental” de Trump junto con el multimillonario de la biotecnología Vivek Ramaswamy, dijo que tiene la intención de recortar $2 billones en gastos gubernamentales por año, comenzando con Medicaid.
El nombramiento de Robert F. Kennedy Jr. para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos y Jay Bhattacharya para el Instituto Nacional de Salud es una señal de que Trump tiene la intención de hacer retroceder siglos la atención médica. Detrás de sus ataques a la ciencia está la frustración de la clase dominante de que se gasta demasiado dinero en medidas para alargar y mejorar la vida de los trabajadores, dinero que consideran que sería “mejor” gastado en Wall Street y en el ejército.
El lunes, Trump confirmó que tiene la intención de desplegar inmediatamente a los militares dentro de los Estados Unidos para llevar a cabo deportaciones masivas al tomar el poder en enero próximo. Esta es una amenaza directa para las decenas de miles de trabajadores inmigrantes que participan en la huelga de esta semana, así como para los derechos democráticos de los trabajadores en todas partes. Trump intenta culpar a los inmigrantes de la pobreza causada por los capitalistas en los Estados Unidos. Pero la clase trabajadora, unida a escala mundial mediante su lucha contra las corporaciones globales, no tiene ningún interés en este llamamiento racista.
El WSWS llama a una movilización masiva de la clase trabajadora contra el nuevo Gobierno. Esto debe dirigirse sobre todo contra el origen de la dictadura: el sistema capitalista de ganancias.
Tal movimiento debe ser completamente independiente del Partido Demócrata, el otro importante partido capitalista, que tiene mucho más miedo de un movimiento de masas desde abajo que de la amenaza de Trump a la democracia.
Después de haber llamado fascista a Trump durante la campaña electoral, Biden, Harris y el resto ahora dicen que le desean “éxito” a su Gobierno y una transición sin problemas. Su única preocupación es que Trump continúe las guerras lanzadas bajo Biden, incluido el genocidio en Gaza y la guerra contra Rusia. El lanzamiento de misiles estadounidenses el martes en territorio ruso tenía como objetivo garantizar una escalada masiva de la guerra, que Trump también apoya.
Si Trump fue capaz de hacer un llamamiento populista de derecha en las elecciones, esto se debió sobre todo a la indiferencia de los demócratas ante las preocupaciones sociales y económicas de los trabajadores y su defensa del genocidio y la guerra. Pero una vez que el significado de las políticas reales de Trump quede claro, llevará a decenas de millones de trabajadores, incluidos los que votaron por él, a una lucha política contra su Gobierno.
El Partido Socialista por la Igualdad presentó sus propios candidatos, Joe Kishore para presidente y Jerry White para vicepresidente, para proporcionar una alternativa independiente a los trabajadores en oposición a ambos grandes partidos empresariales, y para prepararse para la lucha después de las elecciones.
La lucha contra Trump también requiere una lucha contra la burocracia sindical traicionera, que está en la cama con la gerencia. Los funcionarios de los sindicatos AFSCME y UPTE han limitado esta huelga de antemano a dos días, mientras que otros sindicatos de la salud finalizaron una huelga en la Universidad de Illinois-Chicago y han bloqueado una huelga en el centro médico de la Universidad de Michigan. Al interrumpir una lucha seria y unida, están haciendo el trabajo sucio de Trump.
Su limitación de la huelga sigue a las traiciones de trabajadores en Kaiser Permanente, donde los sindicatos reciben millones de dólares en fondos de la empresa a través de una “Asociación Obrero-Patronal”, el sabotaje del sindicato United Auto Workers a las huelgas de estudiantes de posgrado y en la industria automotriz, UPS, Boeing y otros que allanaron el camino para despidos masivos.
Los funcionarios sindicales están en la cama con los demócratas, ya que el AFSCME y el sindicato matriz de UPTE, el Communications Workers of America, gastaron más de $19 millones en candidatos demócratas en las últimas elecciones. Las políticas propatronales de los demócratas no solo han allanado el camino para Trump, sino que la burocracia sindical ha sido protagonista. Un sindicato tras otro ha impuesto traiciones masivas a través de acuerdos negociados por la Casa Blanca de Biden.
La lucha por defender la salud pública, y los derechos de la clase trabajadora en general, requiere que los trabajadores desarrollen nuevas estructuras para transferir el poder del aparato sindical propatronal a las bases.
Se debe construir un comité de base, compuesto por trabajadores y no por funcionarios sindicales u operativos del Partido Demócrata, para dar a los trabajadores el poder de contrarrestar las decisiones que violan su voluntad y proporcionar los medios para conectarse con los trabajadores en todo el sistema de la UC, la industria de la salud y en todo el mundo. Los trabajadores ya están construyendo una red de tales comités, afiliados a través de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base.
Proponemos que un comité de base de trabajadores de la salud de la UC se concentre en el siguiente programa:
- La expansión de la huelga de dos días a una huelga indefinida, reuniendo a toda la fuerza laboral del sistema de la UC, incluidos los estudiantes de posgrado y los trabajadores académicos que enfrentan la represión política del Gobierno.
- ¡Quiten las manos de la salud pública! Billones de dólares para garantizar un sistema de salud gratuito y de calidad. Esto debe financiarse transformando las grandes corporaciones en empresas de propiedad pública, transfiriendo riqueza de los parásitos corporativos que apoyan el fascismo y la guerra, a los trabajadores que producen la riqueza.
- ¡Medidas serias para combatir el COVID y futuras pandemias! La ciencia real, y no las carteras de acciones, debe tener prioridad absoluta.
- ¡La defensa de los inmigrantes! Los trabajadores deben insistir en que sus hermanos y hermanas, independientemente de su origen, tengan derecho a vivir y trabajar donde quieran.
- ¡Fin a la guerra! Le están robando billones de dólares a la clase trabajadora para guerras criminales por mercados, recursos naturales y cadenas de suministro, siendo los trabajadores del mundo los que están siendo asesinados. El genocidio en Gaza, la guerra en Ucrania y todas las demás guerras imperialistas deben terminar, los recursos malgastados en el ejército deben utilizarse para reconstruir esas sociedades y mejorar los niveles de vida en todo el mundo.
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