Más de 600 trabajadores, miembros del sindicato Teamsters Local 630, llevan dos semanas en huelga en dos almacenes de comestibles Smart & Final, propiedad de Chedraui, en la ciudad de Commerce y Riverside, en la zona de Los Ángeles. El lunes 1 de julio despidieron a todos los camioneros.
Muchos de los trabajadores despedidos tienen más de 30 años de antigüedad y ganan unos 32 dólares la hora, apenas un salario digno en California. Los trabajadores están luchando contra una campaña antisindical que incluye despidos masivos y la destrucción de sus condiciones de trabajo, prestaciones y salario. Esta es la segunda huelga que los trabajadores, representados actualmente por los Teamsters, llevan a cabo contra Smart & Final.
Los Teamsters han presentado más de 30 denuncias por prácticas laborales desleales ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, ninguna de las cuales ha impedido el despido de los trabajadores ni ha impulsado a la empresa a ofrecer un contrato digno.
Hace más de un año, cuando los trabajadores del almacén se afiliaron a los Teamsters, la empresa prometió a los conductores que los mantendría si no se afiliaban al sindicato. La empresa nunca cumplió su promesa y consiguió dividir a los camioneros contra los almacenistas.
Smart & Final, que celebró su 150 aniversario en 2021, opera 254 almacenes de comestibles y tiendas de servicios de alimentos, con 56 bajo su bandera homónima y 198 bajo la bandera de Smart & Final Extra, en California, Arizona y Nevada.
Smart & Final, con sede en Commerce, California, fue adquirida en 2021 por Chedraui USA, un minorista de comestibles con sede en Los Ángeles. Contaba con 25.000 empleados en 380 tiendas repartidas en tres enseñas: Fiesta Mart, El Super y Smart & Final. Este negocio es una filial del operador mexicano de supermercados Grupo Comercial Chedraui, el tercer mayor minorista de México, que está expandiendo sus operaciones en el negocio de comestibles de Estados Unidos.
En una reunión con los empleados celebrada el pasado mes de mayo, un ejecutivo de Smart & Final anunció que la empresa tenía previsto cerrar cinco centros de distribución del sur de California. Todos los empleados de los almacenes serían despedidos y tendrían que volver a solicitar sus puestos de trabajo a entre 10 y 12 dólares menos por hora cuando se abriera un nuevo almacén de 1,4 millones de pies cuadrados en Rancho Cucamonga. Estas instalaciones se encuentran a más de 80 kilómetros de distancia.
Esta amenaza se produjo poco después de que los trabajadores del almacén de Commerce votaran a favor de sindicarse y días antes de que se celebraran elecciones sindicales en el centro de distribución de Riverside, lo que llevó a muchos trabajadores a afirmar que se trataba de una respuesta vengativa de la empresa para castigarles por haber traído al sindicato.
En la actualidad, una plantilla de esquiroles trabaja las 24 horas del día en los almacenes y conduciendo los camiones. Para sustituir a los trabajadores de almacén, Chedraui trajo en avión a trabajadores empobrecidos de Carolina del Sur, Tennessee, Mississippi y otros estados del Sur, proporcionándoles alojamiento, dietas y paga. Los conductores esquiroles manejan ahora los camiones de JB Hunt, que han sustituido a los tradicionales de Smart & Final.
Los dos almacenes sirven como centros de distribución para más de 250 tiendas de comestibles Smart & Final en California, Nevada, Arizona y el norte de México.
La respuesta de los Teamsters a la represión sindical ha sido promover una campaña de boicot en bancarrota y apelar a los políticos demócratas para que presionen a la empresa a través de los tribunales burgueses.
Esto es un callejón sin salida. En su lugar, los trabajadores deben formar comités independientes de base para tomar en sus manos la dirección de la huelga. Deben llamar a la clase obrera de Los Ángeles a cerrar Smart & Final y defender a los huelguistas. Deben apelar a los miles de trabajadores de la industria de comestibles, como Food4Less, donde se aprobó un contrato entreguista, y a los miles de trabajadores de UPS que fueron traicionados por la burocracia de los Teamsters.
El WSWS habló con los trabajadores de Smart & Final que formaban un piquete en el almacén de City of Commerce. Tony ha trabajado como almacenista durante más de 32 años. 'Al final del día, todos nosotros vamos a perder nuestros trabajos. Llevo aquí casi 33 años. Es lo único que conozco, y que nos dejen en la calle a los 52 años está mal. No conocemos nuestro futuro. Tengo un hijo de 12 años. ¿Qué será de nuestras familias? Son nuestros 401K, nuestras pensiones'.
Describió el tipo de condiciones a las que se enfrentaban. 'Nos tratan como animales. ¿Por qué nos ofrecen rellenar una solicitud para un trabajo a 100 millas de distancia a 10 dólares menos la hora? No sabes cuál es tu horario. No sabes cuáles son tus días libres. Probablemente trabajarás los fines de semana. Un día estarás limpiando retretes; otro, pintando una pared; otro, recogiendo productos; otro, conduciendo una carretilla elevadora. Y es fácil que te despidan.
'Hay gente que no entiende que esto afecta a todo el mundo. Lo que nos pasa a nosotros afecta directamente a todos los trabajadores. Lo que ocurra en Food4Less nos afecta directamente. Cualquier contrato que consigan nos afecta directamente. Lo que nos pase a nosotros les afecta a ellos. Si permitimos que la empresa nos quite 10 dólares la hora, afectará a todo el sector. Lo mismo les pasará a los trabajadores sanitarios, a los profesores'.
Manuel tiene más de 35 años de antigüedad en el almacén de Commerce. 'Estamos todos despedidos. Tenemos que solicitar los puestos del nuevo almacén. Nos bajarán el sueldo y perderemos la antigüedad. Muchos de nosotros somos los mejor pagados porque llevamos aquí mucho tiempo. Nos están quitando el trabajo, y puede pasarle a otras empresas. Es una reacción en cadena, e infringen las leyes. No les importa.
Después de 35 años, no pensé que tendría que buscar un nuevo trabajo. Esto es todo lo que he conocido en los últimos 35 años.
'Bajar incluso 10 dólares supone una gran diferencia en gasolina e inflación, que está por las nubes, y en alquiler. Mucha gente tiene problemas con el alquiler. Los alquileres están subiendo a 4.000 dólares. Es una barbaridad.
'Muchos ya tienen un segundo empleo, y no deberían tener que hacerlo. Obviamente, a la empresa no le importa. A los propietarios no les importa. Sólo les importan ellos y sus beneficios.
Están trayendo a gente de fuera del estado, de Texas, de las Carolinas, consiguiendo agencias para contratarles y pagarles para que hagan lo que sea para evitar negociar con nosotros, aunque el trabajo no se esté haciendo bien.
'A los conductores se les prometió que conservarían su empleo. Los propietarios dijeron: 'Os necesitamos como conductores'. Fue como una promesa, como un apretón de manos. Así que los conductores no quisieron afiliarse al sindicato con nosotros. Hace un par de semanas, les notificaron que la empresa iba a contratar a un transportista externo. Ahora están perdiendo sus empleos. La empresa es una rompe-sindicatos'.
Cuando se le preguntó qué pensaba de la situación política y del impulso bélico de la administración Biden y su apoyo al genocidio israelí contra los palestinos, dijo: 'Tengo dos hijos. Mi hijo mayor era marine y ya está fuera. Pero mi hijo menor está en los marines. Acaba de salir de Japón para dos años, pero está en la reserva para cuatro años. Así que sí, estoy preocupado.
'Y la situación es peligrosa por las armas nucleares. Eso va a acabar con todo. Todo lo que se necesita es un cohete de un lado para subir, entonces el siguiente país y sus aliados envían otro. Quiero decir, Biden ya ha dado el visto bueno para que Ucrania dispare misiles a Rusia. ¿Qué dijo Rusia? Que va a hacer lo que sea necesario para proteger a su país. Y así es como sucederá'.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de junio de 2024)