El jueves por la mañana, los soldados de infantería, francotiradores, tanques y drones de Israel abrieron fuego contra una multitud de palestinos hambrientos en la ciudad de Gaza cuando se acercaron para recibir harina de los camiones con ayuda, matando al menos a 112 e hiriendo a 700 más.
Los doctores reportaron que muchas víctimas llegaron a los hospitales con heridas de bala en su torso o cabeza, indicando que fueron atacados deliberadamente por las tropas israelíes, que dispararon para matar.
Las imágenes de la escena mostraban sacos de harina empapados de sangre, lo que llevó a muchos a referirse a la matanza como la “masacre de la harina”. Los cientos de víctimas desbordaron los hospitales locales, que ya se encontraban sin suministros médicos ni electricidad y solo pudieron prestar primeros auxilios.
Se trató de una masacre deliberada y premeditada del régimen fascistizante de Netanyahu, como parte de una campaña sistemática para matar al mayor número posible de habitantes de Gaza y expulsar al resto de su tierra.
La masacre del jueves es solo un anticipo de lo que Israel tiene preparado para su asalto a gran escala contra Rafah, donde más de un millón de personas buscan refugio tras ser desplazadas del norte de Gaza.
Al apretar el gatillo, las tropas israelíes estaban utilizando balas y municiones de tanque pagadas y suministradas por Estados Unidos. El candidato presidencial del Partido Socialista por la Igualdad (Socialist Equality Party, SEP), Joseph Kishore, declaró en respuesta a la masacre: “Los responsables no son solo Netanyahu y sus ministros fascistizantes, sino la Administración de Biden, que ha respaldado plenamente a Israel como parte de la agenda militarista e imperialista de la clase dominante estadounidense”.
La culpa no se detiene en la Casa Blanca. Todos los medios de comunicación estadounidenses son cómplices de encubrir esta atrocidad. Todos se apresuraron a promover y difundir la absurda explicación de Israel: que los conductores palestinos de los camiones provocaron la masacre al arrollar a la multitud, a pesar de las numerosas imágenes de tropas israelíes disparando a civiles desarmados.
Todos los medios estadounidenses equipararon la verdad evidente que las tropas israelíes masacraron a una multitud de personas hambrientas con una mentira igual de obvia, que las tropas no tenían nada que ver con el número de muertos, alegando que estos representaban “relatos contradictorios”.
“Una entrega de ayuda caótica se vuelve mortal”, decía un titular en el Washington Post. Por su parte, USA Today usó el titular: “112 muertos en matanza de ayuda alimentaria en Gaza; Israel lo atribuye a pisoteos y a conductores de camiones”.
Biden, en respuesta a los asesinatos, ofreció las habituales palabras vacías sobre un “incidente trágico y alarmante” y pidió “expandir el flujo de asistencia humanitaria a Gaza”.
Estas perogrulladas buscan encubrir la política real de Estados Unidos, que consiste en un apoyo incondicional al régimen de Netanyahu, sin importar lo que haga. Como lo han dejado claro los funcionarios estadounidenses en repetidas ocasiones, no hay “líneas rojas” o límites para la cantidad de personas que Israel puede matar. El régimen israelí puede matar de hambre, masacrar y desplazar a toda la población de Gaza, en lo que respecta a Biden, Blinken y los demás facilitadores del genocidio.
El asesinato en masa del jueves es solo el más reciente y mortal de una serie de masacres por parte de las tropas israelíes durante distribuciones de alimentos. Estas operaciones selectivas son parte de una política deliberada para matar de hambre a la población civil de Gaza.
En un comunicado, el Monitor Euro-Med advirtió:
Los tiroteos israelíes contra personas hambrientas recibiendo ayuda se han convertido en una práctica habitual. En las últimas semanas, las fuerzas israelíes han atacado y matado directamente a docenas de personas en la ciudad de Gaza, incluyendo en la calle Salah al-Din y en las cercanías de la rotonda de Kuwait.
La política genocida de Israel está teniendo el efecto deseado. En una declaración a CNN, Melanie Ward, directora ejecutiva de Medical Aid to Palestine, dijo que, como resultado del bloqueo sistemático de Israel a los suministros de alimentos, “este es el deterioro más rápido del estado nutricional de una población jamás registrada. Eso significa que los niños están muriendo de hambre al ritmo más rápido que el mundo haya visto”.
El jueves, el número oficial de muertes por el genocidio de Gaza alcanzó los 30.000, según el Ministerio de Salud del territorio. Hay 7.000 desaparecidos más, sugiriendo que el número real de muertos se acerque a los 37.000.
El número combinado de muertos, desaparecidos y heridos supera los 100.000, lo que representa el 4 por ciento de la población de Gaza, convirtiéndose efectivamente en uno de los eventos de despoblación más rápidos de la historia moderna.
“La vida se está drenando fuera de Gaza a una velocidad aterradora”, escribió Martin Griffiths, subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios.
Millones en todo el mundo están conmocionados y horrorizados por la masacre del jueves, que es la culminación de casi cinco meses de bombardeos, ejecuciones, inanición y desplazamientos a escala masiva por parte de Israel.
Por meses, los trabajadores y jóvenes han participado en manifestaciones en todo el mundo pidiendo el fin del genocidio. Pero frente a estas protestas, los Estados Unidos y otros Gobiernos imperialistas solo han aumentado su apoyo a Israel.
El imperialismo estadounidense está firmemente comprometido con apoyar el genocidio de Gaza porque es un componente crítico de la guerra más amplia que las potencias imperialistas están librando en Oriente Próximo. Buscando dominar y subyugar a Irán para controlar esta región rica en petróleo, Estados Unidos ha llevado a cabo olas de ataques en Yemen, Irak y Siria, mientras que Israel ha llevado a cabo ataques dentro de Líbano y Siria.
La embestida imperialista contra Oriente Próximo es un componente del estallido global de una guerra imperialista, que está tomando formas cada vez más sangrientas. Esta semana, el presidente francés, Emmanuel Macron, planteó la posibilidad de desplegar tropas de la OTAN para combatir Rusia en Ucrania, en efecto, proponiendo una guerra directa entre oponentes con armas nucleares, un conflicto que podría desencadenar un conflicto nuclear cuyo número de muertos sería de millones o incluso miles de millones.
La lucha contra el genocidio de Gaza debe librarse como una lucha contra los Gobiernos imperialistas que la están permitiendo y que están arrastrando al mundo al infierno de una guerra mundial. Esto requiere la fusión del creciente movimiento contra el genocidio de Gaza con el movimiento de la clase trabajadora en lucha por el socialismo.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 29 de febrero de 2024)