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Perspectiva

Estados Unidos alimenta la guerra en Oriente Próximo

El portaaviones USS Gerald R. Ford se reabastece de combustible del buque de aprovisionamiento USNS Laramie en el extremo oriental del mar Mediterráneo, 11 de octubre de 2023 (Armada de EE.UU.) [AP Photo]

Estados Unidos, cuyo ejército ha matado a más de un millón de personas en guerras ilegales en Oriente Próximo a lo largo de un cuarto de siglo, está utilizando el ataque de Israel contra los palestinos para provocar una guerra más amplia en la región.

Estados Unidos está enviando tropas, buques y aviones de guerra. Ya se han desplegado en la región al menos 10.000 marineros, soldados y aviadores, y a un número no especificado de tropas, posiblemente decenas de miles, se les ha informado que se preparen para el despliegue.

El Gobierno de Biden ha dado su pleno apoyo al genocidio de Israel contra los palestinos, que está teniendo lugar a través del bombardeo masivo de civiles, matando entre 300 y 400 personas cada día y sometiendo a la población a una hambruna y la deshidratación.

Al mismo tiempo, está proporcionando las armas con las que Israel está llevando a cabo simultáneamente ataques contra Líbano, Siria y Cisjordania.

El genocidio de Israel contra los palestinos, utilizando armas estadounidenses y con el apoyo político, militar y logístico de Estados Unidos, es solo un componente de la escalada militar estadounidense en toda la región.

El sábado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció medidas para “fortalecer” la “postura en la región” del ejército estadounidense, citando “escaladas por parte de Irán”. Austin dijo que estaba poniendo en alerta los sistemas antimisiles estadounidenses en toda la región y que había puesto un “número adicional de fuerzas en preparación para despliegue”.

El ejército estadounidense ha afirmado que durante la última semana las tropas estacionadas en Irak han sido atacadas por lo que afirma son fuerzas patrocinadas por Irán.

“Irán está monitoreando de cerca estos eventos y, en algunos casos, facilitando activamente estos ataques y alentando a otros que quieran sacar partido del conflicto por su propio bien o por el de Irán”, dijo el lunes el portavoz del Pentágono, John Kirby.

En una entrevista el domingo, el secretario de Estado Antony Blinken declaró: “Esperamos la posibilidad de una escalada por parte de fuerzas patrocinadas por Irán contra nuestras fuerzas, dirigida contra nuestro personal. Estamos tomando medidas para asegurarnos de poder defender eficazmente a nuestra gente y responder de manera decisiva si es necesario”.

Blinken insistió: “Esto no es lo que queremos, no es lo que estamos buscando. No queremos una escalada”. Añadió: “También hemos desplegado activos muy importantes en la región, dos grupos de batalla de portaaviones, no para provocar, sino para disuadir”.

Blinken, como siempre, miente. La escalada corresponde a Estados Unidos, que está inundando Oriente Próximo con tropas y armas.

Estados Unidos, a través de su fuerza patrocinada, Israel, está bombardeando Gaza, Cisjordania, Líbano y Siria en un esfuerzo deliberado por provocar a Irán. Está rodeando a Irán con buques de guerra y aviones y amenazando con que cualquier presunto ataque contra ellos será utilizado como pretexto para atacar Irán.

Estados Unidos mantiene miles de tropas en Irak después de su brutal e ilegal invasión de ese país en 2003. De manera similar, hay tropas estadounidenses ilegalmente desplegadas en Siria, desafiando al Gobierno sirio. Todas estas tropas están listas para atacar a Irán en cualquier momento.

Los funcionarios israelíes continúan amenazando Líbano. Durante una visita a tropas en la frontera con Líbano el domingo, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, advirtió sobre “consecuencias devastadoras para Hezbolá y el Estado de Líbano”, y agregó: “Los golpearemos con una fuerza que ni siquiera pueden imaginar”. Israel ha ordenado la evacuación de más de 200.000 personas de su frontera norte.

El domingo, Nir Barkat, ministro de Economía de Israel, amenazó que, si la guerra se extiende a Líbano, “no solo tomaremos represalias en esos frentes, sino que iremos a la cabeza de la serpiente, que es Irán”.

Mientras tanto, los medios de comunicación de EE.UU. y otras potencias imperialistas están agitando a favor de un conflicto militar directo con Irán. En un artículo de opinión en The Economist, David Schenker, exsubsecretario de Estado de Estados Unidos para Asuntos del Cercano Oriente, llamó abiertamente a un conflicto militar con Irán. “Algo más efectivo aún que las herramientas financieras es el poderío militar... Desafortunadamente, para evitar una ampliación de la guerra en Gaza, es posible que Washington no tenga más remedio que participar militarmente”.

En su discurso del jueves en horario estelar, Biden presentó una visión mesiánica de la dominación global estadounidense, afirmando que el dominio militar y económico estadounidense es el principio unificador en el mundo. “El liderazgo estadounidense es lo que mantiene unido al mundo”, dijo Biden.

Fue más explícito en un evento de campaña al día siguiente, declarando: “Estuvimos en un período de posguerra durante 50 años que funcionó bastante bien, pero está un poco agotado. Se necesita un nuevo orden mundial en cierto sentido, como ese periodo fue un orden mundial”.

Decir que el “periodo de posguerra” ha terminado es declarar efectivamente un nuevo periodo de guerra mundial. El Gobierno de Biden está intensificando la guerra en Oriente Próximo y amenazando con atacar directamente Irán como parte de lo que considera un conflicto mundial por la hegemonía mundial, que se extiende desde Europa del este hasta Oriente Próximo y el Pacífico. El imperialismo estadounidense, que se enfrenta al ascenso económico de China y al declive global de la economía estadounidense, ve la guerra como el medio para afirmar la dominación mundial.

Estados Unidos provocó la guerra en Ucrania con el objetivo de atrapar a Moscú en un conflicto por delegación destinado a “desangrar a Rusia”. Pero dos años después, la última ofensiva de Ucrania ha fracasado y Estados Unidos está buscando desesperadamente escalar el conflicto para infligir una “derrota estratégica” a Rusia. Al mismo tiempo, Washington está instigando un conflicto con China en torno a Taiwán e intentando estrangular económicamente a China bloqueando su acceso a tecnología informática avanzada.

La petición de Biden la semana pasada de 105.000 millones de dólares adicionales en gastos militares para todos estos frentes de guerra marca un paso importante en la escalada de lo que, de hecho, son las etapas iniciales de una tercera guerra mundial.

Estados Unidos se enfrenta a Rusia y China, que son potencias con armas nucleares. Israel también posee armas nucleares, y al menos un miembro del Parlamento israelí, Revital “Tally” Gotliv, ha pedido el uso del “arma del día del juicio final” en el conflicto actual. La escalada de violencia militar de Washington amenaza a toda la civilización humana.

Pero la instigación de una guerra mundial por parte del imperialismo estadounidense se enfrenta a una amplia oposición popular. Durante el fin de semana, millones de personas se manifestaron en todos los continentes habitados en oposición al genocidio estadounidense-israelí contra los palestinos. En Londres, 300.000 personas participaron en la mayor manifestación contra la guerra en la ciudad desde la invasión de Irak en 2003.

Este movimiento contra la guerra en desarrollo debe profundizarse y expandirse. El creciente movimiento contra la guerra debe fusionarse con el movimiento huelguístico mundial de los trabajadores que luchan por defender sus empleos, salarios y niveles de vida. Esto requiere la construcción de una dirección socialista en la clase trabajadora, fusionando la lucha contra la guerra con la oposición al sistema de lucro capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de octubre de 2023)

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