Español
Perspectiva

Las lecciones políticas de las elecciones presidenciales turcas

La reelección del presidente islamista Recep Tayyip Erdoğan en segunda vuelta contra Kemal Kılıçdaroğlu representa una experiencia política con relevancia internacional para la clase trabajadora. Las elecciones turcas ponen en evidencia a todos los grupos pseudoizquierdistas que promovieron a Kılıçdaroğlu como un candidato supuestamente “izquierdista” y “democrático” contra Erdoğan.

El resultado de las elecciones reivindica el análisis realizado por el Sosyalist Eşitlik Grubu (SEG), la sección turca del Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI). Solo un movimiento de la clase obrera, independiente tanto de Erdoğan como de Kılıçdaroğlu y sus partidarios pequeñoburgueses, puede detener los ataques contra las condiciones sociales y los derechos democráticos de los trabajadores y oponerse a la guerra de OTAN con Rusia en la cercana Ucrania.

Erdoğan, quien se presentó a un tercer mandato violando la Constitución, recurrió a la censura de los medios de comunicación, a la represión policial-estatal y al uso ilegal de los recursos del Estado para ganar las elecciones. Sin embargo, estos hechos no bastan para explicar los resultados electorales.

Erdoğan llegó a las elecciones en condiciones políticas muy desfavorables. La respuesta de su Gobierno a la pandemia provocó casi 300.000 muertes en exceso. Presidió una transferencia masiva de riqueza de los trabajadores a la clase dirigente, incluyendo ganancias récord para el sector bancario turco. La crisis del coste de la vida desencadenó una ola de huelgas salvajes en Turquía en 2022, en medio de un recrudecimiento de la lucha de clases en toda Europa y a escala internacional.

La histórica catástrofe causada por el terremoto de febrero lo expuso aún más. Resultó en al menos 50.000 muertes evitables en Turquía debido al estado precario de las viviendas. Algunos han advertido de que el saldo real de víctimas pudo haber sido de hasta 150.000.

Si Erdoğan pudo ganar las elecciones a pesar de todo esto, se debe al callejón sin salida político representado por la oposición burguesa liderada por Kılıçdaroğlu y, sobre todo, el partido nacionalista kurdo HDP y los partidos pseudoizquierdistas que se alinearon detrás de él.

En Turquía, donde la inmensa mayoría de la población se opone a la guerra de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania, Kılıçdaroğlu se presentó contra Erdoğan como un candidato claramente pro-OTAN. En entrevistas con medios de comunicación occidentales, prometió implicar más a Ankara en la guerra de la OTAN contra Rusia y luego, sin aportar ninguna prueba, acusó al Gobierno ruso de interferir en las elecciones turcas.

Kılıçdaroğlu se mostró hostil al movimiento emergente de la clase trabajadora contra Erdoğan. Prometiendo estrechar lazos con los mercados financieros internacionales y las federaciones empresariales turcas, no ofreció a la clase trabajadora más que austeridad.

Sobre todo antes de la segunda vuelta, Kılıçdaroğlu buscó ganarse a las fuerzas fascistoides, publicando vídeos en los que denunciaba abiertamente a los refugiados como posibles violadores y criminales. Selló una alianza electoral con un partido de extrema derecha a partir de promesas de deportar a millones de refugiados sirios, afganos e iraquíes que huyen de las guerras imperialistas en sus propios países. También se comprometió a intensificar los ataques contra los kurdos y sus políticos electos, supuestamente para “luchar contra el terrorismo”.

Kılıçdaroğlu sufrió una humillante derrota porque esta campaña fascistoide no encontró un apoyo popular más amplio. Erdoğan ganó finalmente la reelección con el 52 por ciento de los votos.

Este resultado de las elecciones presidenciales turcas confirma una vez más, en sentido negativo, la teoría de la revolución permanente de Trotsky. Esta teoría afirma que, en los países de desarrollo capitalista tardío como Turquía, la burguesía es incapaz de establecer un régimen democrático, unir al pueblo por encima de las líneas étnicas ni expulsar la influencia del imperialismo. Estas tareas democráticas le corresponden a la clase obrera, que debe luchar por tomar el poder sobre la base de un programa socialista e internacionalista.

Tanto el HDP nacionalista kurdo como las numerosas tendencias estalinistas y pablistas de la pseudoizquierda turca rechazaron este entendimiento estratégico, que estuvo detrás de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia dirigida por Vladímir Lenin y León Trotsky. El HDP y los grupos pseudoizquierdistas reaccionaron a la radicalización y las crecientes luchas de la clase obrera y la juventud desplazándose bruscamente hacia la derecha.

Estos partidos, incluido el estalinista Partido de los Trabajadores de Turquía (TIP), que obtuvo un millón de votos y cuatro escaños parlamentarios, fueron puestos en evidencia al apoyar plenamente la sucia campaña de Kılıçdaroğlu. Sus consignas aclamaban a Kılıçdaroğlu por “oponerse al fascismo” y “defender la democracia” frente a Erdoğan. Para ello, recibieron el apoyo entusiasta de partidos pseudoizquierdistas similares a nivel internacional, como los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA, por sus siglas en inglés) y el partido La Izquierda y Los Verdes en Alemania.

En realidad, sin embargo, todos estos partidos promovieron a un candidato derechista y proimperialista, abiertamente aliado con fuerzas fascistizantes. Fue un desenmascaramiento histórico de estas organizaciones, que no son partidos de izquierda de la clase obrera, sino partidos pseudoizquierdistas de la clase media acomodada, alineados con el imperialismo.

No sirven para desarrollar sino para bloquear un auténtico movimiento revolucionario y socialista, es decir, trotskista, dentro de la clase obrera, opuesto a la burguesía y al sistema capitalista. Pidieron a los trabajadores y a la juventud que apoyaran a uno de los dos candidatos proimperialistas y de derecha a pesar de la creciente oposición de la clase obrera.

En 2015, David North, presidente del Consejo Editorial Internacional del World Socialist Web Site, elaboró la siguiente definición del fenómeno internacional de la pseudoizquierda:

La pseudoizquierda denota partidos políticos, organizaciones y tendencias teóricas-ideológicas que utilizan consignas populistas y frases democráticas para promover los intereses socioeconómicos de los estratos privilegiados y afluentes de la clase media... La pseudoizquierda es antimarxista. Rechaza el materialismo histórico... La pseudoizquierda es antisocialista, se opone a la lucha de clases y niega el papel central de la clase obrera y la necesidad de la revolución en la transformación progresista de la sociedad. Opone el populismo supraclasista a la organización política independiente y la movilización de masas de la clase obrera contra el sistema capitalista. El programa económico de la pseudoizquierda es, en esencia, procapitalista y nacionalista.

North también explicó que la pseudoizquierda, promueve la “política de identidades”, busca una distribución más favorable de la riqueza entre el 10 por ciento más rico de la población, y es generalmente proimperialista.

Los grupos pseudoizquierdistas turcos están respondiendo a la elección de Erdoğan continuando su giro a la derecha. Las tendencias políticas que respaldan a Kılıçdaroğlu han declarado que los trabajadores que votaron a Erdoğan son “incorregibles” y han prometido orientarse al “48 por ciento” que votó por Kılıçdaroğlu.

El SEG rechaza de lleno esta caracterización, que niega el carácter objetivamente revolucionario de la clase obrera y calumnia a los trabajadores como reaccionarios, después de que los trabajadores se negaran a votar por un candidato que promovía de forma fascistoide la xenofobia y al odio antikurdo.

Las elecciones de 2023 en Turquía confirmaron la perspectiva política del SEG. Rechazó tanto a Erdoğan como a Kılıçdaroğlu desde el punto de vista de la clase obrera internacional y de la lucha por el socialismo y contra la guerra imperialista. Rechazó la propaganda nacionalista de ambos candidatos burgueses contra los refugiados y la minoría kurda de Turquía, y se opuso irreconciliablemente a las diversas tendencias nacionalistas pequeñoburguesas, estalinistas y pablistas que llamaron a apoyar a Kılıçdaroğlu. En su declaración electoral, el SEG explicó:

Aprovechando la inmensa experiencia histórica del movimiento trotskista internacional y su lucha por establecer la independencia política de la clase obrera respecto a los partidos burgueses y de clase media, [el SEG] interviene en estas elecciones para explicar las cuestiones políticas a los sectores más conscientes de la clase obrera y la juventud, presentando un programa socialista internacional y explicando lo que deben hacer, no solo el día de las elecciones, sino también después.

El programa del SEG, que incluía demandas transitorias para defender los derechos democráticos y sociales fundamentales, explicaba que el conflicto que enfrentan cada vez más los trabajadores de todo el mundo con el Estado capitalista no puede resolverse “reformando” el poder estatal, sino únicamente transfiriendo el poder a la clase obrera mediante una revolución socialista.

Es necesario extraer las lecciones de esta experiencia estratégica. Las elecciones no han resuelto ninguna de las cuestiones críticas para la clase obrera. La guerra de la OTAN contra Rusia se está intensificando rápidamente, y el Gobierno se está preparando para lanzar brutales políticas de austeridad social en interés de la élite corporativo-financiera en medio de una crisis financiera internacional cada vez más grave. Más pronto que tarde, Erdoğan se enfrentará a un movimiento explosivo de oposición en la clase trabajadora.

La principal lección de las elecciones de 2023 en Turquía es que la clase obrera necesita su propia dirección revolucionaria para luchar contra el capitalismo, el Estado policial, la austeridad y la guerra. El proceso electoral demostró que el SEG es la única tendencia política capaz de construir esa dirección en Turquía. Los trabajadores y jóvenes que quieran rechazar el callejón sin salida representado por la pseudoizquierda y luchar por el socialismo internacional deben unirse a la construcción del Sosyalist Eşitlik Partisi como la sección turca del CICI.

(Publicado originalmente en inglés el 31 de mayo de 2023)

Loading