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Perspectiva

El Acto en Línea del Primero de Mayo 2023 del CICI: un hito en la construcción de un movimiento global obrero contra la guerra

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) celebró su décimo Acto en Línea del Primero de Mayo el domingo y se concentró en dos procesos entrelazados: la guerra cada vez más grave de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania y la rápida expansión de la lucha de clases internacional. El mitin ofreció una dirección política a la oposición cada vez mayor en la clase trabajadora a la guerra imperialista, la desigualdad social, la pandemia de COVID-19, el cambio climático, la amenaza del fascismo y todos los males de un capitalismo sumido en crisis.

Acto Internacional en Línea del Primero de Mayo de 2023, activa los subtítulos en español en la configuración

Se presentó una perspectiva arraigada históricamente a lo largo de las tres horas de análisis político. Esto estuvo a cargo de 19 oradores de cinco continentes, que se pronunciaron en nueve idiomas distintos y con subtítulos en 10. En su conjunto, los oradores presentaron un programa socialista para unir a la clase obrera internacional y movilizar su inmenso poder social en una lucha contra las mayores corporaciones y Gobiernos del mundo.

La introducción al mitin incluyó entrevistas de trabajadores jóvenes y estudiantes de todo el mundo, políticamente educados por el World Socialist Web Site, animados por su perspectiva y decididos a luchar por un futuro socialista.

En la apertura, el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, resumió la profunda crisis socioeconómica y política que empuja a EE.UU. y a las potencias de la OTAN a librar una guerra en Ucrania —después de 30 años de intervenciones militares encabezadas por EE.UU. y la expansión de la OTAN 1.300 km hacia el este— desmintiendo el relato de que consiste en una “guerra no provocada” del presidente ruso Vladímir Putin.

En medio de estas crisis, explicó North, se encuentran “el declive prolongado de la posición económica global de Estados Unidos”, una “serie de conmociones económicas”, “el colapso del sistema político estadounidense” y “la inestabilidad interna cada vez mayor de una sociedad desgarrada por niveles pasmosos de desigualdad, intensificados por el impacto de la pandemia y una nueva espiral inflacionista”.

Los aliados europeos de Estados Unidos, explicó, “padecen las mismas enfermedades políticas y económicas que Estados Unidos, mientras que poseen incluso menos recursos financieros para hacerles frente”.

Esta crisis multifacética está instando a las potencias imperialistas a intentar “alterar la división actual de los recursos y la riqueza mundiales”, como la experiencia de la Primera Guerra Mundial analizada por los revolucionarios rusos Vladímir Lenin y León Trotsky.

No se provendrá ninguna respuesta progresista a la guerra del Gobierno de Putin, cuya “definición de ‘seguridad nacional’ está determinada por los intereses económicos de una oligarquía cuya riqueza se basa en la disolución de la Unión Soviética y el robo de su riqueza previamente nacionalizada”.

“Cuando exigimos el fin de la guerra”, afirmó North, “invocamos el principio del internacionalismo socialista. La clase obrera no tiene patria. Ni la clase obrera ucraniana ni la rusa tienen algo que ganar con esta guerra. Ochenta años después de que los trabajadores de Ucrania y Rusia lucharon codo con codo para expulsar a los invasores nazis de la Unión Soviética, ahora, como consecuencia de la restauración del capitalismo, se están matando unos a otros en el mismo suelo que una vez defendieron juntos contra el fascismo y en defensa de las conquistas de la Revolución de Octubre”.

Tanto las consecuencias devastadoras del nacionalismo como las posibilidades del internacionalismo socialista están contenidas en la historia del actual foco sangriento de la guerra en Ucrania, la ciudad de Bajmut. Fue liberada dos veces en el siglo veinte por el Ejército Rojo de los nacionalistas ucranianos de extrema derecha que fueron responsables del asesinato de decenas de miles de judíos. En 1919, la liberación de la ciudad fue parte de la unificación soviética de una clase obrera y campesinado multinacionales dentro del antiguo Imperio Ruso.

Esta historia cobró vida en el propio evento, que incluyó por primera vez a camaradas de Rusia y Ucrania, ambos miembros de la Guardia Joven Bolchevique-Leninista, que denunciaron la guerra imperialista de la OTAN mientras se opusieron a las políticas de sus propios Gobiernos reaccionarios. Stepan Geller de Ucrania y Andrei Ritsky de Rusia invocaron la historia progresista de la Unión Soviética contra la contrarrevolución social llevada a cabo por los oligarcas capitalistas rusos y ucranianos, los herederos de la burocracia estalinista y de las tradiciones chovinistas nacionales y fascistas que regurgitaron.

En su discurso, oponiéndose tanto a la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia como al Gobierno de Putin, Ritsky se refirió enérgicamente a las tradiciones históricas del movimiento trotskista. “Este año se cumple el centenario de la fundación de la Oposición de Izquierda bajo la dirección de León Trotsky, contra la degeneración burocrática y nacionalista del Partido Bolchevique y del Estado soviético, personificada en el ascenso de Stalin al poder”, dijo.

“La lucha librada por el movimiento trotskista contra la traición estalinista a la Revolución de Octubre ha sido reivindicada por la historia”, continuó. “La Joven Guardia Bolchevique-Leninista ejemplifica el resurgimiento del trotskismo, bajo la bandera del Comité Internacional, dentro de Rusia y en toda la antigua URSS”.

En el mismo espíritu, el CICI escuchó discursos en cingalés y tamil de los representantes de su sección de Sri Lanka, Deepal Jayasekera y Dilaxshan Mahalingam, una muestra de su lucha de décadas contra el conflicto étnico y la guerra civil instigada por la burguesía de ese país.

North y otros oradores rechazaron la idea de que se avecina un “mundo multipolar” en el que “un consorcio de Estados capitalistas... presidirá colectiva y armoniosamente un reparto más pacífico de los recursos mundiales”, una idea que se hace eco de la centenaria teoría del “ultraimperialismo” del reformista alemán Karl Kautsky, que fue tildada acertadamente por Lenin de “ultrainsensatez”.

El programa opuesto presentado por las principales figuras del CICI se basaba en el entendimiento de que la única base social viable para luchar contra la guerra imperialista, el hundimiento de los niveles de vida y los ataques a los derechos democráticos es la clase obrera internacional, organizada por una dirección socialista.

Las contribuciones de Alex Lantier (Francia), Tom Scripps (Reino Unido) y Christoph Vandreier (Alemania) detallaron la rápida remilitarización de Europa y el giro hacia formas de gobierno policiales. Trazaron el surgimiento de una oleada potencialmente revolucionaria de luchas obreras que los Partidos Socialistas por la Igualdad han intentado liberar de las limitaciones impuestas por las burocracias sindicales e infundirles una conciencia socialista y antibelicista.

En este sentido, Will Lehman se pronunció como representante de la Alianza Internacional Obrera de Comités de Base (AIO-CB) y de la lucha del CICI en todos los países para formar organizaciones democráticas de lucha de la clase obrera.

Cheryl Crisp de Australia y Tom Peters de Nueva Zelanda explicaron que la guerra con Rusia, que ya amenaza con provocar una guerra nuclear, es considerada por Washington como un peldaño hacia la guerra con su principal rival geoestratégico, China.

Un informe sobre la pandemia de COVID-19 presentado por Evan Blake y la sección del discurso desde Turquía de Ulaş Ateşçi sobre el terremoto que asoló el este del país y Siria este año subrayaron la indiferencia de la clase dominante hacia la vida humana con la que contempla la Tercera Guerra Mundial, y cómo los derechos democráticos básicos y los avances científicos están siendo menoscabados en las garras de la clase capitalista.

Ateşçi, y Eduardo Parati de Brasi dejaron claro que ninguna burguesía nacional, en ninguna de sus facciones, es capaz de asegurar la independencia frente al imperialismo mundial u oponerse a sus guerras y a los ataques que conllevan a los niveles de vida de la clase obrera internacional. El papel de Canadá, analizado por Keith Jones, como una de las principales bases ideológicas de la ofensiva antirrusa, y lo acontecido durante la pandemia han echado por tierra el mito de cualquier posibilidad de un “capitalismo más amable y gentil”.

Uno de los aspectos más destacados del mitin fue la intervención de Gregor Link y Oscar Grenfell, representantes de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (JEIIS o IYSSE, por sus siglas en inglés), que están organizando una serie mundial de reuniones públicas contra la guerra, para hablar del futuro de pobreza, guerras y desastre ecológico al que se enfrentan los jóvenes.

Resumiendo el mitin, la contribución de Joseph Kishore sobre EE.UU. se enfocó en la importancia global de la clase obrera estadounidense, situada en el seno del imperialismo mundial, y en la trascendencia de su creciente interés por el socialismo. Este interés quedó plasmado en los más de 5.000 votos de trabajadores en las elecciones presidenciales del sindicato UAW para el candidato de la AIO-CB, Will Lehman, a pesar de la supresión de votos.

Visto en su contexto histórico mundial, el Primero de Mayo de 2023 ejemplificó la intersección de las luchas de la clase obrera con el programa político del trotskismo en condiciones de una espiral de crisis del capitalismo mundial.

Tanto por su forma como por su contenido, el mitin fue totalmente único. El alto nivel político de todas las intervenciones se sustentó en el programa y las tradiciones del movimiento trotskista. Desenmascaró las mentiras y la propaganda de los medios de comunicación y de los partidos de la clase dominante. Y supuso un marcado contraste con la política proguerra y proimperialista de las diversas organizaciones pablistas y pseudoizquierdistas que están a la vanguardia de las demandas de una escalada de la guerra contra Rusia.

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional encabeza la lucha por reconstruir la cultura política del internacionalismo socialista, que echó profundas raíces en la clase obrera a principios del siglo veinte y que impulsó la ola de luchas revolucionarias, sobre todo la Revolución rusa, que puso fin a la Primera Guerra Mundial.

El acto del Primero de Mayo fue la culminación de la primera etapa de una campaña mundial para organizar a los trabajadores y a los jóvenes contra la guerra, basada en una perspectiva socialista y revolucionaria. Esto ha incluido reuniones de los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social en todo el mundo.

En la realización de este trabajo, el CICI se guía por las palabras de Trotsky en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, citadas por North en su discurso:

El partido de la revolución socialista mundial no busca implementar sus políticas “a través de los Gobiernos burgueses ...sino exclusivamente mediante la agitación para educar a las masas, explicándoles a los trabajadores lo que deben defender y lo que deben derrocar”.

Tal enfoque “no puede dar resultados milagrosos. Pero no pretendemos hacer milagros. Tal como están las cosas, somos una minoría revolucionaria. Nuestro trabajo debe procurar que los trabajadores que influenciemos valoren correctamente los acontecimientos, no se dejen coger desprevenidos, y preparen el apoyo general de su propia clase a la solución revolucionaria de las tareas a las que nos enfrentamos”.

Los textos de todos los discursos del mitin se publicarán en la semana siguiente. Hacemos un llamamiento a todos nuestros lectores a que los estudien detenidamente, los distribuyan lo más ampliamente posible, los discutan con sus compañeros de trabajo y emprendan la lucha por los principios encarnados en el mitin, asumiendo la lucha por el socialismo.

(Publicado originalmente en inglés el 1 de mayo de 2023)

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