En los comentarios más directos que ha hecho China sobre el creciente enfrentamiento de Estados Unidos con Rusia por Ucrania, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, advirtió a Washington y a sus aliados de que no 'exageren la crisis'. Pidió a todas las partes que 'mantengan la calma y se abstengan de hacer cosas que estimulen la tensión'.
Wang hizo estas declaraciones en una reunión virtual con el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken el pasado jueves. El gobierno de Biden y los medios de comunicación estadounidenses han fabricado deliberadamente tensiones extremas en torno a Ucrania al declarar repetidamente que Rusia está a punto de invadirla, una afirmación que incluso el presidente ucraniano ha negado públicamente.
Wang señaló claramente el apoyo de Beijing a Moscú, declarando que las 'razonables preocupaciones de seguridad de Rusia deben ser tomadas en serio y resueltas'. Rusia ha pedido en repetidas ocasiones a Estados Unidos y a sus aliados europeos que garanticen que Ucrania no será admitida como miembro de la OTAN, lo que llevaría a la alianza militar liderada por Estados Unidos a la frontera rusa.
Refiriéndose indirectamente a la expansión de la OTAN en Europa del Este desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, Wang señaló a Blinken que la seguridad europea no puede garantizarse 'reforzando o incluso ampliando los bloques militares'.
La oposición de China a las medidas agresivas de Estados Unidos en Ucrania está relacionada con la preocupación por las advertencias de Washington sobre una posible invasión de Taiwán por parte de China, afirmaciones que, al igual que las dirigidas contra Rusia, se han fabricado de la nada. El gobierno de Biden ha explotado estas acusaciones infundadas de 'agresión china' como pretexto para reforzar los lazos con Taiwán, incumpliendo los antiguos protocolos diplomáticos estadounidenses sobre el estatus de la isla.
Wang declaró que la actitud de Estados Unidos hacia China no había cambiado sustancialmente desde que el presidente Biden se reunió con su homólogo chino Xi Jinping en noviembre. El ministro de Asuntos Exteriores chino acusó a EE.UU. de seguir cometiendo errores en relación con China, 'provocando nuevos choques en la relación entre los dos países'. Advirtió a EE.UU. de que no debía jugar con fuego respecto a Taiwán, que China considera una provincia renegada, y de que no debía 'interferir' en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, que comienzan el viernes.
A finales de esta semana, Xi se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, que viaja a Beijing para asistir a los Juegos Olímpicos, en parte para demostrar su oposición al boicot diplomático liderado por Estados Unidos. Será el primer encuentro en persona de Xi con un jefe de Estado extranjero desde marzo de 2020, cuando se reunió con el presidente de Pakistán.
Mientras las tensiones aumentaban por Ucrania, Putin y Xi mantuvieron una reunión por internet a mediados de diciembre en la que el presidente ruso supuestamente llamó a Xi su 'querido amigo' y dijo que las relaciones entre los dos países habían alcanzado 'un nivel alto sin precedentes.'
Xi pidió mayores esfuerzos conjuntos para salvaguardar eficazmente los intereses de seguridad de ambos países, ya que 'ciertas fuerzas internacionales' estaban interfiriendo en los asuntos internos de China y Rusia y 'pisoteando el derecho internacional' bajo la apariencia de los derechos humanos.
Un flujo constante de comentarios en los medios de comunicación estadounidenses y europeos especula sobre la creciente fuerza de las relaciones entre Moscú y Beijing, las consecuencias de un conflicto con Rusia dirigido por Estados Unidos y la perspectiva de que China 'aproveche' la crisis de Ucrania para invadir Taiwán.
Un artículo del Financial Times de hoy en esta línea se titula 'El conflicto de Ucrania arroja luz sobre la profundización de los lazos entre Beijing y Moscú'. Su 'prueba' de las intenciones de China son la diatriba de un bloguero nacionalista chino de derechas que declara que la crisis de Ucrania 'será una oportunidad histórica para que resolvamos el problema de Taiwán'.
El carácter endeble del argumento refleja el mundo de la propaganda estadounidense en el que las amenazas inventadas de invasiones rusas y chinas se utilizan para justificar las provocaciones militares estadounidenses contra ambos países. Mientras Estados Unidos y sus aliados ponían en alerta a sus tropas y proporcionaban armas a Ucrania, la Marina estadounidense organizaba una serie de importantes ejercicios militares en el Mar de China Meridional y en aguas de Taiwán.
Como reconoció el propio Financial Times, la crisis de Ucrania de 2014, 'rompió las relaciones de Rusia con Occidente y llevó a Moscú a los brazos de China'. O para decirlo con más precisión, las crecientes amenazas y provocaciones de Estados Unidos tanto contra Rusia como contra China, dirigidas en última instancia a su ruptura y subordinación, han llevado a los dos países a una cuasi alianza.
El apoyo de China a Rusia contrasta con su respuesta equívoca al conflicto de 2014, provocado por un golpe de Estado de extrema derecha en Kiev, respaldado por Estados Unidos, que derrocó al gobierno ucraniano prorruso. China culpó a la 'injerencia extranjera' de Occidente de causar la crisis, pero no respaldó la anexión de Crimea por parte de Rusia ni su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania.
En 2014, China se abstuvo en las resoluciones de la ONU relativas a la anexión rusa de Crimea y sigue sin reconocer a Crimea como parte del territorio ruso. Al mismo tiempo, aunque rechazó las sanciones de Estados Unidos y Europa a Rusia, China permitió tácitamente que las empresas chinas, incluidos sus enormes bancos estatales, acataran las sanciones, para evitar quedar aislados de los mercados financieros estadounidenses y del sistema bancario internacional.
Sin embargo, desde 2014, Rusia y China han reforzado constantemente sus relaciones diplomáticas, económicas y estratégicas. Según el Financial Times, entre 2013 y 2021, la cuota de China en el comercio exterior de Rusia se duplicó, pasando del 10% al 20%. En su reunión de diciembre, Xi y Putin señalaron que el comercio bilateral en los tres primeros trimestres de 2021 superó por primera vez los 100.000 millones de dólares, y se espera que alcance un nuevo récord para todo el año.
Rusia y China han reforzado sus lazos militares a través de la Organización de Cooperación de Shanghai, creada en 2001. A partir del 21 de enero, China, Rusia e Irán realizaron sus terceras maniobras navales conjuntas en el Golfo de Omán para 'reforzar la seguridad' y la 'cooperación multilateral'. Esto siguió a los ejercicios navales realizados por Rusia y China frente a la costa rusa en el Lejano Oriente en octubre y a los ejercicios militares conjuntos en el noroeste de China en agosto, en los que participaron unos 13.000 soldados y cientos de aviones, así como artillería, baterías antiaéreas y vehículos blindados.
Alexander Korolev, analista de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sidney, declaró al Financial Times que las maniobras conjuntas más frecuentes y sustanciales, la colaboración en el desarrollo de armamento, las consultas periódicas sobre cuestiones militares y de seguridad y los intercambios de personal militar que se llevan a cabo desde hace tiempo están permitiendo a los ejércitos ruso y chino actuar conjuntamente en guerras reales en el futuro.
En su rueda de prensa del pasado jueves, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, declaró que China y Rusia consideran prioritarias sus relaciones. 'No hay techo para la confianza mutua entre China y Rusia, no hay zona prohibida en nuestra cooperación estratégica y no hay límite en cuanto a lo lejos que puede llegar nuestra larga amistad', dijo.
Zhao Mingwen, antiguo diplomático chino, hizo una afirmación similar al Financial Times, a pesar de que Rusia y China no son aliados formales. 'Se podría decir que somos más aliados que los aliados', dijo. Los dos países se apoyarían mutuamente en los conflictos si fueran provocados por potencias externas. 'Si China se viera obligada a unificar Taiwán por la fuerza y Estados Unidos interviniera, creo que Rusia no se quedaría de brazos cruzados', dijo Zhao.
El fortalecimiento de los lazos militares entre China y Rusia frente a las amenazas de EEUU pone de manifiesto la absoluta temeridad de la política exterior estadounidense. Después de haber empujado a China, ahora la segunda economía del mundo, y a Rusia, con su enorme arsenal nuclear, a los brazos del otro, Estados Unidos está alimentando deliberadamente un conflicto sobre Ucrania. Cualquier guerra en Ucrania, lejos de ser un asunto local, amenazaría con convertirse rápidamente en una guerra catastrófica a escala mundial.
(Artículo publicado originalmente en inglés el 31 de enero de 2022)