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Perspectiva

El escándalo de corrupción del UAW alcanza la cúpula

Los reportes de que Dennis Williams, quien se retiró como presidente del sindicato automotor United Auto Workers, autorizó la transferencia ilegal de fondos a los centros de capacitación administrados por el UAW en colaboración con las empresas automotrices de Detroit, confirmando la evaluación hecha por el World Socialist Web Site y el Partido Socialista por la Igualdad que el UAW es una organización antiobrera.

Un acuerdo el fiscal emitido el lunes, Nancy Johnson, la principal asistente de Norwood Jewell, el exvicepresidente del UAW para Fiat Chrysler (FCA), indicó que un gerente del UAW, quien fue identificado por Detroit News como un tal Williams, les ordenó a los principales negociadores sindicales que utilizaran fondos de los centros de entrenamiento del Big Three (las tres mayores empresas automotrices de Detroit) para financiar viajes aéreos, equipos de golf, gastos hoteleros, comidas lujosas, fiestas, servicios de limosina, ropa y zapatos de diseñador y otros ítems de lujo.

El centro de entrenamiento de UAW y Chrysler fue el conducto para sobornos para el UAW a cambio de firmar contratos laborales por más de una década, los cuales devastaron los niveles de vida y condiciones laborales de los obreros del FCA. El complot de sobornos violó leyes federales que se remontan a los años treinta y prohíben el establecimiento y financiamiento de sindicatos patronales.

En su acuerdo judicial, Johnson admite que fue autorizada por un alto oficial del UAW para el uso de dinero del centro de capacitación para “pagar viajes solamente para ostensibles viajes de negocios, al igual que comidas lujosas y costos de entretenimiento para los oficiales de mayor rango del UAW y sus amigos, familiares y aliados. Esta orden fue emitida con el propósito de reducir los costos del presupuesto del UAW para tales gastos porque el presupuesto del UAW se encontraba bajo presión”. Según fuentes anónimas vinculadas estrechamente con la investigación, Nancy Johnson declaró que Williams había autorizado los pagos.

En la Convención Constitucional del UAW en Detroit el mes pasado, donde los ejecutivos sindicales aprobaron un aumento salarial del 30 por ciento para ellos mismos, Williams les manifestó a los delegados, “Para ser claro: aquellos que dispensaron o emplearon inapropiadamente los fondos de los centros de capacitación traicionaron nuestra confianza. El UAW no tiene tolerancia alguna para la corrupción y los actos incorrectos en cualquier nivel de nuestra organización”.

Afirmó reiteradamente que los sobornos solo involucraron a ciertas “manzanas podridas” y que “simplemente no es verdadero que este comportamiento inapropiado comprometió la negociación de nuestro acuerdo de negociación colectiva…”.

De hecho, la intriga involucró a oficiales altos, incluyendo a Johnson, a General Holiefield, Virdell King, Keith Mickens y otros que negociaron y aplicaron directamente los contratos entre el 2007 y el 2015. Desde un punto de vista legal, cada uno de los contratos firmados por estos oficiales corruptos debería ser declarado nulo y sin efecto.

La fuente de esta corrupción generalizada no es simplemente la inmoralidad y el desdeño hacia los trabajadores de oficiales sindicales individuales. Está arraigada en el ADN del sindicato automotor, el cual, junto con los otros sindicatos, defiende el sistema de lucro capitalista y se basa en un programa nacionalista. El UAW no puede ser reformado porque desde hace mucho en se integró en la estructura gerencial de las empresas y del Estado capitalista, compartiendo las ganancias de la explotación de los trabajadores a cambio de la supresión de huelgas y la imposición de ataques contra los puestos de trabajo, salarios, prestaciones y condiciones laborales.

Es imposible que los trabajadores defiendan sus intereses por medio de esta organización criminal. Es por esto por lo que el Partido Socialista por la Igualdad urge a los trabajadores a construir nuevas organizaciones de lucha completamente del aparato sindical. El PSI urge a los trabajadores a elegir comités de fábrica para deshacerse de los contratos proempresariales respaldados por el UAW y movilizar a todos los trabajadores automotores para finalizar el sistema salarial escalonado, restaurar todos los niveles salariales y prestaciones que han sido recortados, establecer el control obrero por la velocidad de la línea de producción, salud y seguridad en el trabajo y la recontratación de todos los trabajadores despedidos por medio de la reducción de la semana laboral a 30 horas sin reducción del salario.

La última revelación en la saga de corrupción del UAW sigue una serie de acusaciones que han resultado en siete acuerdos judiciales individuales, principalmente ejecutivos del UAW y Fiat Chrysler, por el pago ilegal de sobornos diseñados, como lo manifestó uno de ellos, para mantener a los oficiales sindicales “gordos, tontos y felices”.

El acuerdo judicial de Johnson indica: “En el 2014, 2015 y 2016, en Palm Springs, California, altos oficiales del UAW utilizaron fondos del UAW para comidas extravagantes, licores premium, estancias de varios meses en condominios, múltiples rondas de golf, por mínimas o ninguna actividad del sindicato o propósito obrero-patronal”. La empresa también pagó salarios para trabajadores fantasmas en el centro de entrenamiento del UAW-Chrysler y una tarifa “administrativa” mensual de siete por ciento para la sede de la Casa de Solidaridad del UAW.

Los fiscales federales también han investigado los centros de capacitación conjuntos por el UAW, junto con General Motors y Ford, al igual que las fundaciones privadas de oficiales como la vicepresidenta del UAW, Cindy Estrada. Según el reporte de Detroit News, muchos parientes trabajan en el Centro de Recursos Humanos de UAW-GM en Detroit, el cual es conocido como el “Centro de parientes perdidos”.

Esta es tan solo la punta del Iceberg. Desde su aparición en los años ochenta, los centros conjuntos de capacitación y la amplia gama de complots corporativos se han convertido en los conductos para transferir miles de millones en sobornos, sancionados por a aprobación de la Ley Obrero-Patronal de 1978.

¿Cuántos trabajadores perdieron sus hogares sufrieron lesiones en el trabajo o fueron conducidos a suicidarse como producto de las traiciones negociadas por los oficiales del UAW a instancias de las empresas automotrices? En una sucesión de contratos proempresariales, el UAW impuso niveles salariales escalonados, expandió los rangos de trabajadores súperexplotados de tiempo parcial y temporales y aplicó el odiado Horario Alternativo de Trabajo que efectivamente y que efectivamente destruye la jornada laboral de las ocho horas.

Según el último reporte gubernamental, en el 2017, el UAW tenía activos valorados en $1.069.381.389, con gastos totales de $272.055.497. Más de 400 oficiales del UAW ganan más de $100.000 cada año, incluyendo a familiares de los oficiales de mayor rango. El recientemente instalado presidente del UAW, Gary Jones, ganará $200.000, sin incluir lo que reciba al participar en las distintas juntas empresariales y fondos correspondientes.

En el 2015, los trabajadores de Fiat Chrysler rechazaron el contrato entreguista del UAW por un margen de 2 a 1. Fue el primer rechazo de un contrato respaldado por el UAW en tres décadas. El UAW gastó $475.000 para contratar a BerlinRosen, una empresa de relaciones públicas en Nueva York vinculada al Partido Demócrata para realizar una campaña de propaganda que incluyó acusar al World Socialist Web Site de difundir “noticias falsas” por exponer la verdad. Jewell y otros oficiales del UAW emplearon mentiras, amenazas e intimidación, incluyendo la amenaza de que los trabajadores perderían sus trabajos si no aceptaban el acuerdo para imponerlo a la fuerza por medio de una segunda votación.

En ese entonces, el WSWS advirtió sobre los términos del acuerdo que había sido dictado por la gerencia. Esto se ha comprobado en un sentido literal.

Los trabajadores automotores deben comenzar a organizar comités de fábrica para asumir las funciones abandonadas desde hace mucho por parte del UAW y la lucha por la movilización más amplia de toda la clase obrera en EUA e internacionalmente contra la guerra corporativa contra los trabajadores. Las movilizaciones en EUA e internacionalmente contra los poderes corporativos de los Estados. La construcción de dichos comités en cada lugar de trabajo y vecindario debe conectarse con una nueva estrategia política, basada en un programa socialista internacional e internacionalista, incluida la transformación de las gigantescas empresas automotrices y los bancos en activos públicos, controlados democráticamente por los trabajadora.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 abril de 2018)

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