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Emerge una conspiración para poner a Julian Assange en manos de los británicos y los estadounidenses

Julian Assange, el fundador de WikiLeaks que llevó a los pueblos del mundo la verdad sobre los crímenes de guerra estadounidenses en el Medio Oriente y muchos de los golpes e intrigas de Washington para cambiar regímenes en todo el mundo, está en un peligro cada vez mayor.

Hay medidas en marcha para obligar a Assange a salir de la embajada de Ecuador en Londres, donde pidió asilo político hace casi seis años y donde se ha visto obligado a vivir como un prisionero de hecho. Si lo ponen bajo la custodia de las autoridades británicas, queda expuesto a ser entregado al gobierno estadounidense, que lleva mucho tiempo queriendo juzgarlo por espionaje, lo que le podría valer incluso la pena de muerte.

El diario británico El Guardian al principio publicó algunas de las denuncias devastadoras de WikiLeaks en 2010. A continuación, se puso ferozmente en su contra, junto con otros medios de noticias internacionales. Ahora, ha instigado una campaña sucia, claramente actuando en connivencia con varias agencias de inteligencia, para justificar la negativa de Ecuador de dar asilo a Assange.

Esta reciente ofensiva contra Assange viene siete semanas después de que el gobierno ecuatoriano, bajo presión de los EUA, Gran Bretaña y otras potencias, dejaran a Assange absolutamente sin contacto por Internet y por teléfono con el mundo exterior, e impidieran que lo visitaran amigos y simpatizantes.

El Guardian ha publicado acusaciones infundadas según las cuales Assange “violó” el sistema de comunicaciones de la embajada y “aparentemente” leyó “tráfico diplomático confidencial”. En un tuit, WikiLeaks negó enfáticamente la acusación y señaló a su fuente, diciendo: “Es una calumnia anónima alineada con la arremetida actual de los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido contra el asilo del Sr. Assange —mientras él no puede responder”.

No hay dudas acerca de las intenciones de las más recientes acusaciones. El escritor de opinión del Guardian fue terminante. El fundador de WikiLeaks, afirmó Ball, “debería poner las manos arriba y salir de la embajada”.

El artículo principal del Guardian declaraba: “Si sale caminando de la embajada, puede esperarse que lo arresten y pasar hasta un año en la cárcel por infringir las condiciones de la fianza. Los EUA podrían después intentar extraditarlo. Podría recurrir todos los intentos, incluso ganarlos, pero podría pasar un período largo e incómodo tras las rejas hasta que se decida su caso”.

Este año, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, quien asumiera el cargo en mayo pasado, dijo que Assange era un costoso “problema heredado” y un “hacker”, y dejó claro que veía a Assange como un obstáculo para unas mejores relaciones con los EUA.

El gobierno de Ecuador le dio a Assange asilo político en junio de 2012, cuando se quedó sin recursos legales contra la extradición a Suecia para responder preguntas sobre acusaciones inventadas de agresión sexual, y para ser probablemente enviado a los Estados Unidos. Las autoridades suecas finalmente abandonaron esa investigación falseada en mayo de 2017, pero el gobierno británico de la Primera Ministra Theresa May todavía se negaba a cancelar la orden de arresto contra él, nominalmente por saltarse la fianza cuando pidió asilo.

Rafael Correa, el predecesor de Moreno, les dijo recientemente a los periodistas en Madrid que Assange tenía “los días contados” porque Moreno, su antiguo pupilo, “lo echaría fuera de la embajada con la primera presión de los Estados Unidos”.

Desde que fuera elegido, Moreno está llevando a cabo un agudo giro a la derecha, con recortes de impuestos para los grandes negocios, recortes en gasto social e intentos de reducir la dependencia de Ecuador sobre préstamos e inversiones desde China en favor de relaciones más estrechas con el imperialismo estadounidense.

El gobierno de Ecuador le cortó las comunicaciones a Assange apenas un día después de recibir una delegación del Southern Command estadounidense (Southcom), el brazo del Pentágono en América Latina y el Caribe, encabezado por el General Joseph DiSalvo. Southcom dijo que se mantuvieron conversaciones para fortalecer la “cooperación sobre la seguridad”.

No hay duda de que el aparato de inteligencia estadounidense y el establishment político están impulsando la conspiración contra Assange. El año pasado, WikiLeaks empezó a publicar archivos más incriminatorios sobre las operaciones globales de la CIA. El fiscal general de los EUA Jeff Sessions dijo que juzgar a Assange por espionaje era una “prioridad”. El director de la CIA Mike Pompeo, ahora secretario de Estado, declaró que WikiLeaks era un “servicio de inteligencia hostil no estatal”.

El mes pasado, en un esfuerzo adicional por silenciar a WikiLeaks, el Comité Nacional Demócrata de los EUA (DMC) lanzó una querella, tildando a WikiLeaks y a Assange coconspiradores junto a Rusia y la campaña de Trump en un presunto intento criminal por robar las elecciones presidenciales de 2016.

En realidad, los documentos publicados por WikiLeaks revelan las intrigas de la DMC para socavar la campaña de Bernie Sanders en las elecciones primarias presidenciales de 2016, y las relaciones íntimas de la candidata demócrata a la presidencia Hillary Clinton con los bancos y las empresas de Wall Street.

El periodista y cineasta creador de documentales John Pilger ayer manifestó su desacuerdo con la “traición” de Assange por parte de Ecuador. “La persecución vengativa a Assange [tiene lugar] solo por una razón: que dijo la verdad”, Pilger le dijo a Sputnik International.

“Expuso mediante Chelsea Manning… los crímenes de guerra de los Estados Unidos en Afganistán y en Irak; y por supuesto, el año pasado, revelando las maquinaciones del Comité Nacional Demócrata de intentar manipular las circunscripciones electorales y obtener el resultado [de las elecciones primarias] en ese país, lo cual hizo con éxito”.

Pilger condenó la medida del gobierno de Moreno de retirarle a Assange el asilo político.

“El asilo político es algo que se reconoce internacionalmente”, dijo. “No es algo que se pueda diluir. Pues bien, eso es lo que el gobierno de Moreno ha hecho. Ha negociado con el gobierno británico por la cabeza de Julian, a veces sin siquiera implicarlo a él y a sus abogados”.

Pilger señaló al acomodo que Moreno estaba buscando con Washington, que se ha estado moviendo de manera agresiva contra cualquier gobierno de América Latina que sea percibido como un obstáculo para la hegemonía estadounidense en el continente.

“Está bastante claro que este gobierno ha se ha sometido a los Estados Unidos, porque le cortó las comunicaciones a Julian —todo el internet, toda comunicación telefónica, todos los visitantes excepto para que le lleven comida y sus abogados, en el día en que el vicecomandante general del Southcom, el general Joseph DiSalvo, llegó a Quito, Ecuador, para renegociar una base estadounidense que Correa había cerrado”.

El Guardian basó sus acusaciones no contrastadas contra Assange en “registros secretos” que había “visto”, junto a Focus Ecuador, un sitio web derechista. Acusó que la agencia de inteligencia de Ecuador “costeó una operación de espionaje de varios millones de dólares” para “proteger” a Assange en la embajada. En seis años, esta actividad había costado $5 millones.

Un examen más de cerca de la historia, sin embargo, indica que la vigilancia se realizó antes que nada contra Assange y WikiLeaks. Una empresa de seguridad vigilaba a Assange las veinticuatro horas e instaló cámaras de circuito cerrado de televisión por toda la embajada.

La “Operación Huésped” tomaba nota de cada visitante que Assange fue recibiendo durante seis años, y espió cada movimiento suyo en la pequeña embajada, monitorizando su estado de ánimo, sus costumbres y su patrón de sueño, informó el El Guardian. Agentes iban registrando el propósito de la visita de cada visitante, los datos de su pasaporte y las horas de llegada y de salida.

“Cada mes, la empresa de seguridad enviaba una lista confidencial de los visitantes de Assange al presidente ecuatoriano”, declaró el diario. “A veces, la compañía incluía cuadros de filmaciones secretas de huéspedes interesantes, más perfiles y análisis”.

Según El Guardian, posiblemente esto ofreció “pistas sobre quién le dio el tesoro de documentos hackeados que le ayudaron a derribar a Hillary Clinton en las elecciones de 2016”. De manera ominosa declaró que tal “visitante” “interesaría” al fiscal especial estadounidense Robert Mueller, quien encabeza una investigación sobre los presuntos vínculos de la administración Trump con Rusia.

Según el diario, el FBI ya ha entrevistado a “al menos una fuente cercana a la Operación Huésped”, indicando que Ecuador ha entregado todos sus registros a las agencias de inteligencia estadounidenses. Como resultado, cada persona que ha visitado a Assange o que se ha comunicado con él mientras estuvo en la embajada corre el riesgo de ser perseguido y, potencialmente, de que le hagan acusaciones fabricadas de complicidad en el espionaje o buscar manipular las elecciones estadounidenses de 2016.

La conspiración contra Assange se vincula con una campaña cada vez más intensa por parte del gobierno estadounidense y sus aliados para imponer una censura de envergadura al Internet y reprimir la libertad de expresión y los derechos democráticos más amplios. Google, Facebook y otros conglomerados están usando alegaciones infundadas de “noticias falsas” y de “injerencia rusa” para restringir el acceso a sitios web —incluyendo a WikiLeaks y al World Socialist Web Site — que brindan comentarios críticos y denuncias a la clase capitalista y sus agencias.

Instamos a los trabajadores y a los jóvenes de todas partes a salir en defensa de Assange y exigir su liberación inmediata.

(Publicado originalmente en inglés el 16 de mayo de 2018)

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