En declaraciones a los estudiantes en una reunión de la Universidad de Harvard (The John Kennedy Forum), el vicepresidente estadounidense, Joseph Biden cometió una "metida de pata", según la prensa oficial. En concreto, reveló una verdad bochornosa sobre la política del gobierno de Estados Unidos, que por lo general se esconde en la maraña declaraciones de funcionarios del gobierno y los comentarios de los expertos informativos.
Respondiendo a una pregunta sobre la política de EE.UU. en Siria, Biden se refirió a l secreto sucio de la actual guerra de Estados Unidos contra el Estado Islámico en Irak y Siria. (E.I.). E.I. es una creación esencialmente de Estados Unidos y sus aliados, que juntos son el motor de la guerra civil en Siria contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Sobre Turquía, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, dijo Biden, "Estaban decididos a acabar con Assad con una guerra entre chiítas y sunnis que manipulaban desde afuera. ¿Qué hicieron? Enviaron cientos de millones de dólares y decenas, miles de toneladas de armas a todo el que quisiera luchar contra Assad. Lo malo fue que las organizaciones que estaban siendo así suministradas eran al Nusra y Al Qaeda y elementos extremistas yihadistas procedentes de otros lugares del mundo. "
"Ahora usted piensa que estoy exagerando", continuó, para enfatizar su punto. "¡Echen un vistazo! ¿De dónde viene todo eso? "Biden juró que Estados Unidos había estado opuesto armar a grupos vinculados a Al Qaeda, E.I. y otros. No pudimos convencer a nuestros colegas a dejar de suministrarlos", dijo.
De acuerdo con el relato de Biden, sólo en el verano del 2014 se dieron cuenta otras naciones que E.I. las amenazaba (tanto a ellas como a Assad) y entró en acción, como parte de la aventura estadounidense de ataques aéreos contra el E.I. en Siria. Dio como ejemplo la posición del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, sugiriendo que Erdogan se había percatado el error de una política permisiva hacia los extremistas: "El presidente Erdogan, que es un viejo amigo, me dijo que yo había tenido razón en el sentido que: dejamos que cruzaran demasiado la frontera en estos momentos tratamos de sellarla”.
Es tal la degeneración del sistema político estadounidense que no han sido objeto de ninguna investigación las circunstancias detrás de la subida de E.I., a que se aluden las declaraciones de Biden. El Congreso no ha organizado juntas investigativas para examinar la crónica de una organización de cuyas acciones se aprovecha el gobierno para justificar una nueva guerra en el Medio Oriente.
En cuanto a los medios de comunicación, son testaferros del gobierno y nada más. Significativamente, nada comentó la prensa estadounidense sobre las contestaciones de Biden hasta que aparecieron comentarios, primero en la agencia RT rusa, luego en todo el Medio Oriente. Biden se apresuró entonces a hacer las paces con sus súbditos ofendidos.
La embajada estadounidense en Ankara informa que Biden telefoneó a Erdogan personalmente para "aclarar recientes comentarios realizados en la Universidad de Harvard." Dice la embajada: "El Vicepresidente pidió disculpas por sugerir que Turquía y los otros socios en la región habían tenido la intención de suministrar recursos o causar el crecimiento de E.I. y de los otros extremistas violentos sirios ".
Cualquiera que sea el nivel de la "intencionalidad" que se admita, E.I. se benefició de los recursos de Estados Unidos a los rebeldes sirios, canalizados por la CIA a través de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Turquía y otros estados súbditos del Medio Oriente. El Departamento de Estado estadounidense y la CIA están bien conscientes que entre los rebeldes había muchos islámicos, incluidos los que tenían vínculos con al-Qaeda. Anteriormente había utilizado muchos de estos combatientes cuando derrocó el régimen de Gadafi en Libia en el 2011.
El grupo sólo cambió su nombre a Estado Islámico de Irak y Siria en abril del 2013, se había establecido bajo el paraguas de Al Qaeda en Irak durante los ocho años de guerra después de la invasión estadounidense de Irak en 2003. El cambio de nombre ocurre cuando la milicia se había hecho muy fuerte en Siria (parte de la fuerzas rebeldes que Estados Unidos respalda contra el régimen de Assad).
En otras palabras, como lo admite Biden, E.I. es la creación Frankenstein del gobierno de Estados Unidos y de los gobiernos reaccionarios que son sus aliados (el gobierno islamista de Erdogan en Turquía y Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y las otras monarquías del Golfo Pérsico).
The Washington Post reconfirmó esta relación el domingo 27 de septiembre. En un artículo supuestamente crítico al Emirato de Qatar, otra de las tiranías del Golfo Pérsico y estado súbdito del imperialismo estadounidense. En Qatar Estados Unidos tiene una enorme base aérea (Al-Udeid), sede de las operaciones aéreas de Estados Unidos en la región y el centro de operaciones contra Irak y Siria.
A sólo treinta kilómetros de la base yace Gran Mezquita de la capital de Qatar, Doha. Ésta es un edificio clave para los rebeldes de al-Qaeda enredados contra el régimen sirio", dice el Post, también para el Frente al-Nusra, nombre de al-Qaeda en Siria, que hasta el año pasado todavía formaba parte de E.I.
Diga lo que diga el Post, no sorprende a nadie que Qatar albergue la Fuerza Aérea de Estados Unidos y ayude recaudar dinero para los militantes de Al-Qaeda en Siria. A medida que E.I. se hacía más fuerte, en gran parte por el espaldarazo estadounidense a los "rebeldes" que se oponen a Assad, más ambicionaba. Fue sólo cuando las milicias de E.I. cruzaron la frontera entre Siria e Irak, y en particular entran las regiones ricas en petróleo del norte, se pone Estados Unidos en su contra.
Persisten las contradicciones de Estados Unidos. A la vez que trata de frenar el avance de E.I., Estados Unidos arma y sostiene las supuestas fuerzas moderadas sirias, y entra en alianzas con al-Nusra y otros grupos fundamentalistas islámicos. El blanco del imperialismo norteamericano sigue siendo el gobierno sirio. Por esa razón apoyan la aventura Arabia Saudita, Qatar, Turquía y otros países que fomentaron E.I. y que repudian al régimen de Assad.
La "guerra contra el E.I.", hasta ahora aliado de Estados Unidos contra el gobierno de Assad, es el más reciente capítulo en la intervención estadounidense en el Medio Oriente. Su objetivo ni es libertad ni democracia, menos aún la lucha contra el "terrorismo"; es controlar está región abundante en petróleo y la proyectar sangrientas guerras contra Irán y contra Rusia y China.