Este artículo que sigue es la versión escrita de una charla titulada "El marxismo, el arte y el debate soviético sobre la ‘cultura proletaria'". La presentó David Walsh, editor de las artes del World Socialist Web Site (WSWS), durante la escuela de verano auspiciada por el Partido Socialista por la Igualdad y el WSWS del 14 al 20 de agosto, 2005, en la ciudad de Ann Arbor, estado de Michigan. La versión original en inglés apareció en cuatro partes del 30 de septiembre, 2005, al 4 de octubre del mismo. La primera parte de la versión en castellano apareció el 25 de mayo 2006. La segunda apareció el ayer. La tercera sigue abajo.
Los orígenes del movimiento "Cultura Proletaria(Proletkult)"Las condiciones específicas en una Rusia cuyo desarrollo era atrasado produce una dinámica diferente. Hasta cierto punto, muchas de las cuestiones culturales que surgen en el movimiento socialista alemán antes de 1914 no se convierten en temas debatibles en Rusia hasta después que la clase obrera toma el poder bajo la dirigencia Bolchevique en octubre, 1917.
El debate acerca de la "cultura proletaria" en la URSS y sus consecuencias tiene gran importancia para nuestras labores de hoy día. Trataré de sugerir varios de los temas más primordiales de ese debate.
Como ya he hecho notar, Trotsky y Voronsky, luego de una intervención inicial de Lenín, defendieron y profundizaron the punto de vista marxista acerca del arte y la cultura. La reconstrucción del país luego de siete años de guerra y guerra civil fue un proyecto enorme, sobretodo para el primer estado obrero, establecido en un país atrasado, una Rusia rodeada de enemigos y separada de los beneficios tecnológicos y culturales de los países de Europa Occidental con economías más avanzadas.
La oposición a los conceptos marxistas clásicos provinieron de varios rincones, incluyendo, como Frederick Choate nota en su prólogo a la traducción inglesa de los escritos de Voronsky, "de lugares inesperados: no de los que eran enemigos abiertos de la revolución, sino de los partidarios que por lo general apoyaban al régimen soviético pero que habían recibido una pobre educación, y en particular de los representantes del movimiento "Cultura Proletaria". [21]
La figura central del movimiento "Cultura Proletaria", o "Culprolet" en su forma abreviada, fue Aleksandr Bogdanov. Este señor merece bastante atención por el papel que jugó en la historia de la vida cultural soviética, así como también por su significado como "progenitor" de las muchas tendencies ideológicas opuestas al marxismo a través del Siglo XX; tendencias que, en muchos casos, todavía siguen hasta nuestros días. Aquellos que tienen cierta historia en el movimiento marxista lo conocerán como uno de los blancos principales de la extraordinaria obra de Lenín, Materialismo empiro-criticismo (1908).
No cabe duda que Bodanov fue una personalidad extraordinaria. Doctor en medicina, desarrolló gran interés en la fisiología, la tecnología y las ciencias naturals, y eventualmente fue autor de dos novelas útopicas de ciencia ficción. Fue arrestado y exilado tres veces, ingresó al Partido Social Demócrata Ruso en 1899, el mismo año que se recibió en medicina.
Trabajó íntimamente con Lenín luego de la escisión entre los bolcheviques y los mencheviques y durante y después de la revolución de 1905. Sin embargo, la derrota de la revolución y el repliegue de la clase obrera hicieron que Bogdanov a llegara a ciertas conclusiones políticas y filosóficas bastante falsas.
Impresionado con los últimos descubrimientos de la física y la ciencia naturals, sobretodo en cuanto a la estructura atómica, y ahora partidario de las falsas conclusiones que ciertos científicos—como Ernst Mach, por ejemplo—habían sacado de estas conclusions, Bogdanov rechazó el materialismo dialéctico a favor de las nociones "positivistas" que eran presentadas en ese entonces como la última palabra en la filosofía.
Al seguir a ciertos de estos científicos, Bogdanov rechazó el materialismo dialéctico y arguyó que las cosas o los cuerpos eran "complejos de sensaciones" y que "nosotros solo podemos percibir nuestras sensaciones", como lo dijera uno de los científicos principales. [22] En otras palabras, solo podemos conocer el color, el sabor, el olor, la textura, la temperattura, etc., pero no los objetos en sí. Los materialistas, insistió Bogdanov, eran "metafísicos" por insistir que el mundo existía totalmente independiente de nuestra consciencia de él.
La afanosa lucha de Lenín en defensa del materialismo dialéctico en contra de Bogdanov fue un tremendo golpe contra la credibilidad política y filosófica de este último, sobretodo a sus ambiciones de querer ser el representante de la "nueva ciencia" dentro del movimiento marxista. Bogdanov abandonó la vida política active en 1911. A diferencia de Lunacharsky, Pokrovsky y otros dirigentes de su grupo, nunca se reintegró al Partido Bolchevique. Prefirió consagrarse a la "ciencia organizativa" y a la "cultura proletaria".
Bogdanov también llegó a ciertas conclusiones políticas muy equivocadas y desorientadoras sobre la derrota de la revolución de 1905. Mientras Lenín y Trotsky se esforzaban para aprender de la experiencia todas las lecciones críticas como parte de las preparaciones para el próximo terremoto social, Bogdanov se preguntaba a sí mismo si esa derrota no habría sido el resultado de algún defecto en la clase obrera misma.
A Bogdanov le parecía que las raíces del fracaso de la revolución se encontraban en las debilidades orgánicas de la clase obrera misma, en su falta de madurez ideológica y en su dependencia cultural de la burguesía. Esto, claro, ha sido la reacción común a las derrotas, casi una reacción instintiva por parte de intelectuales "izquiertdistas". Nosotros continuamos viendo esto mismo en nuestros días, pero a un nivel mucho, mucho mayor. Bogdanov fue uno de los fundadores de esta desafortunada tendencia, pero a un nivel mucho más sofisticado que el de sus contrapartes actuales.
Puesto que la lucha política había sido inadecuada, Bogdavov concluye que era "necesario desarrollar y sistematizar elementos de la cultura incipiente, lo que el llama ‘elementos del socialismo en el presente'. [23] [La lucha por el socialismo] tenía que integrar ‘la creación de nuevos elementos del socialismo en el mismo proletariado, en sus relaciones internas y en las condiciones de vida: el desarrollo de una cultura socialista proletaria'". [24]
Un historiador escribe, tal vez haciendo un resumen de la postura de Bogdanov: "Lo que contaba sobretodo era el cultivo consciente de los elementos embriónicos del socialismo antes que la revolución pudiera conquistar el poder. En las palabras de Bogdanov, ‘El desarrollo socialista sera coronado con la revolución socialista'". [25]
Éste no es nuestro concepto. Nosotros luchamos por el desarrollo politico y cultural máximode nuestras propios militantes y el sector más amplio de la clase obrera. Esa es la razón de nuestra existencia política y de nuestra actividad diaria. A nadie le cedemos la responsabilidad de establecer una cultura socialista internacional. Luchamos por un partido de influencia que cuente con la mayor cantidad de militantes, simpatizantes e influencia.
Comprendemos, sin embargo, que al proceso político lo dirigen fuerzas objetivas. Nos encontramos aquí no obstante todos los caminos diferentes que hayamos tomado para llegar a este lugar, por razones históricas y sociales muy claras. El socialismo entra en la existencia como movimiento, como ideología, debido a las contradicciones irreconciliables del capitalismo y el reflejo de esas contradicciones en las mentes de los más grandes pensadores.
No existe ni una onza de fatalismo en nuestro enfoque, pero sí reconocemos que el capitalismo y su crisis son los que más duro trabajan a favor nuestro. La tarea de la humanidad, como explicara Lenín, consiste en comprender la lógica objetiva de la evolución económica para que podamos adaptar nuestra mentalidad a esa realidad "de manera tan definida, tan clara y crítica como sea possible". [26]
Esta es una línea muy distante a la del proyecto de Bogdanov para renovar social, cultural y moralmente a la clase obrera. A fin de cuentas, estos intelectuales—y hoy día tenemos nuestra propia cuota de neo utópicos, semi idealistas y gente confusa—sopesan a la clase obrera y siempre la encuentran deficiente de algo.
Este punto de vista fue muy común en la Nueva Izquierda y círculos culturales similares en Estados Unidos (y otros lugares) durante los 1960 y 1970. Este concepto de la clase obrera—que inevitablemente ni merece ni esta preparada para asumir el poder—es profunamente reaccionario y antitético al método materialista histórico. Nosotros laboramos para lograra una mejoría en la cultura y la moral de la población; sin duda hay que haber un cambio significativo en el pensamiento de la población para que el socialismo comience a echar raíces. Pero que tener cierto sentido de proporción histórica. Hay límites muy definidos en ese proceso que resultan de la realidad objetiva de la vida bajo el capitalismo.
La clase obrera, debido a que es explotada y oprimida, a que no posee propiedad y es privada de cultura, no marcha hacia adelante políticamente como un monolito. Hay sectores que son más avanzados; nuestro partido encuentra apoyo entre esos sectores. Otros sectores simpatizarán con nosotros, pero no serán militantes activos. Otros permanecerán més o menos neutrals. Otros, en la minoría, serán los más atrasados y activamente hostiles.
El desarrollo de la catástrofe económica y política del capitalismo empujará a las masas del pueblo a la lucha. Es en ese entonces que todo dependerá de la existencia de los cuadros marxistas que puedan educar y preparar políticamente a los sectores más avanzados de la clase trabajadora en la lucha por el poder. Nosotros insistimos que el impulso objetivo para la revolución social existe y basamos nuestra actividad en ello.
Para Marx, en La ideología alemana, "la conciencia comunista" era producto de la revolución social, no su requisito: "Para engendrar en esa masa esta conciencia comunista como para llevar adelante la cosa misma, es necesaria una transformación en masa de los hombres, que solo podrá conseguirse mediante un movimiento práctico, mediante una revolución; y que, por consiguiente, la revolución no es solo necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo, sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la clase que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases". [27]
En 1932, Trotsky le explicó a un escritor francés lo siguiente: ""Aquellos que hablan de una literatura proletaria y la contraponen a la literature burguesa, evidentemente tienen en mente no varias obras pero una totalidad de creación artística que, a su pensar, constituye un elemento de una nueva cultura ‘proletaria'...Si el capitalismo ofreciera semejante posibilidades al proletyariado, ya no sería capitalsmo. Ya no habría rezones para destruirlo.
"Pintar a una nueva cultura proletaria dentro de los límites del capitalismo es ser un utópico reformista, es creer que el capitalismo ofrece una perspectiva sin límites de mejoría.
"La tarea el proletariado no esc rear una nueva cultura dentro del capitalismo, pero derrocar al capitalismo para una nueva cultura". [28]
Aquí tenemos el punto de vista materialista histórico, con su énfasis en el impulso objetivo hacia la revolución, y el punto de vista sujetivo, que parte del pensamiento, de la condición moral de la clase obrera. A lo que los seguidores del segundo punto de vista en realidad se refieren es como arreglar las relaciones de familia y las vidas sexuales de la población; en otras palabras, hay que liberar a todo el mundo de todas las neurosis y represiones antes de que la revolución sea possible.
Un análisis detallado del ascenso y descenso del movimiento Proletkult, fundado en la víspera de la Revolución de Octubre, no es apropiado aquí. De todo modo, la organización como tal no es de importancia excepcional.
Lenín y otros dirigentes bolcheviques estaban dispuestos, a principios de la revolución, a darle a Bogdanov y a sus co pensadores, el beneficio de la duda. Las viejas diferencias políticas y filosóficas ya no parecían tan urgentes. De todos modos, el régimen tenía las manos atadas; estaba luchando en una sangrienta guerra civil. Y había en existencia una organización aparentemente dedicada—y a su propio modo de ser, sincera—a la educación de la clase obrera.
El movimiento Proletkult fue, en primer lugar, apoyado y promovido por los bolcheviques. La organización abrió talleres, estudios, teatros y clases. Se le dio status semi oficial como organización para la educación de la clase obrera. Si solo se hubiera dedicado al alfabetismo, a la educación de adultos, a temas elementales como la hygiene adecuada, la enseñanza de los clásicos, a enseñarle a los trabajadores a expresarse y a adquirir confianza en ellos mismos...
Por desgracia, eso no fue suficiente para Bogdanov y sus colaboradores. Ellos tenían algo mucho más grande en mente. Deseando que las condiciones extremadamente subdesarrolladas del nuevo estado obrero desaparecieran, o ignorándolas, una declaración del Proletkult insistió: "Somos socialistas instantáneos. Afirmamos que el proletariado ahora, inmediatamente, debe crear para sí mismo, formas socialistas en su pensar, sentimientos y vida cotidiana, independientemente de las relaciones y combinaciones de fuerzas políticas". [29]
Muchos planes e ideas tontos brotaron del movimiento inspirado por Bogdanov: la cultura proletaria, la moralidad proletaria, la universidad proletaria, la ciencia proletaria.
Igualmente perniciosa a estas fantasías de planes inútiles era la hostilidad que muchos miembros le tenían al arte y a la cultura del pasado. En el poema más famoso relacionado con el prolekult, Nosotros, Vladimir Kirillov dice así: "En nombre de nuestro amanecer, quemaremos a los Rafaeles, destruiremos los museos y pisotearemos las flores del arte". [30]
De todos modos, Proletkult realizó una labor básica bastante útil. La organización estableció estudios abiertos a trabajadores y jóvenes; muchos, sedientos por la cultura, atravesaron por sus puertas. Numerosos artistas, músicos y directores de teatro destacados enseñaron clases en el Proletkult. Para el 1920, afirmaba que consistía de 400,000 miembros, pero aparentemente los rumores indican que esas cifras son un poco infladas.
Lenín se opuso a los proyectos esquemáticos de Bogdanov. Reprendía a los
proletkultistas por "empeñarse tanto y tan frívolamente con el tema de la 'cultura proletaria'...Para empezar, deberíamos satisfacernos con la verdadera cultura burguesa; para empezar, deberíamos estar felices con deshacernos de la cultura pre burguesa más
áspera; es decir, la cultura burocrática o la cultura basada en los siervos, etc. " [31]
Mantenía sus ojos muy abiertos hacia las necedades del Proletkult y una vez que le guerra civil terminó y el periódo de reconstrucción económica comenzó, Lenín instó que el Proletkult fuera subordinado al ministerio de educación bajo la tutela del gobierno. ¿Para qué una organización tan especializada, llena de ideas rarísimas, y, además, subvencionada por el gobierno? Además, la situación política, que las dificultades económicas del momento habían puesto aún peor, era tensa en lo extremo. La posibilidad que un partido "Bogdanovita", arraigado en la confusión política y en una adaptación al subdesarrollo de Rusia, surgiera para desafiar a los bolcheviques no era inconcebible.
Lenín, pues, escribió el borrador de su famosa resolución, Sobre la cultura proletaria, en la cual exponía el argumento que "el marxismo ha...asimilado y reconvertido todo lo que ha tenido valor en los dos mil años de desarrollo del pensamiento y la cultura humana."[32]
La subordinación del Proletkult al ministerio de educación del gobierno irrevocablemente alteró su lugar en la vida cultural soviética. Su reclamo que representaba un "tercer camino" (junto con el partido y los sindicatos obreros) para lograr el poder obrero perdió toda credibilidad. Bogdanov se retiró en 1921 y la organización comenzó a desbaratarse hasta que por fin un decreto estalinista le puso fin, así como también a todos los grupos artísticos independientes, en 1932.
Pero ese no fue el fin de la "extraña carrera" de la cultura proletaria. Más bien, el uso más vituperante y reaccionario de esa frase—los ataques políticos abusivos contra Trotsky, Voronsky y los verdaderos defensores de las tradición artística socialista—todavía estaba por aparecer. Los seguidores de Bogdanov permanecieron activos en varias organizaciones culturales y literarias, tales como VAPP (Asociación Toda Rusa de Escritores Proletarios) y MAPP (Asociación Muscovita de Escritores Proletarios), y en publicaciones tales como Octubre y En guardia.
Una resolución de "escritores proletarios" de 1925 nos da una idea del nivel de su lógica. Comienza de esta manera: "La literatura artística es una arma poderosa de la lucha de clases...el gobierno del proletariado es incompatible con el dominio de una ideología no proletaria, y por lo tanto con una literatura que no sea proletaria...Es imposible que la literatura artística de una sociedad compuesta de clases pueda ser neutral. Ésta por obligación tiene que servir a una clase o a la otra". [33]
Y declara: "El trotskyismo en el campo del arte significa la colaboración pacífica de las clases en la cual el papel dominante queda completamente en manos de los representantes de la Antigua cultura burguesa". [34]
¿Quiénes eran estos demagogos? Voronsky los llama "'valientes niñitos de escuela' con cortaplumas" que "no saben de lo que hablan". Explica que su falso punto de vista "refleja los sentimientos de círculos más amplios de nuestro partido, y sobretodo de la juventud del partido". [35] La burocracia naciente manipula a estos elementos jóvenes y sin experiencia para corromper el ambiente e introducir el anti intelectualismo y eventualmente el anti internacionalismo.
Una historiadora señala que la nueva generación de guardianes del proletariado en las artes por lo general eran intelectuales de las provincias, cuya intelectualidad era de orígenes mucho más limitados que los de la generación revolucionaria. Escribe que "cuando esta nueva generación entra en la cultura soviética, su parroquialismo militante se opone al contenido general de la vida intelectual. Las consecuencias de su triunfo todavía se sienten". [36]
Como he sugerido, la extraña trayectoria del proletkult dio un viraje inesperado a mediados de la década e los 1920, convirtiéndose en algo muy diferente a lo que Bogdanov había ideado. La naciente burocracia y sus "parroquiales" aduladores "militantes" adoptaron la teoría, y ésta a su vez fue adaptada a las condiciones desfavorables, convirtiéndose en un complemento al concepto estalinista del socialismo en un solo país.
En mayo, 1925, Bukharin explícitamente declara que Trotsky, al rechazar la idea de la cultura proletaria, había cometía un "error teórico" y "exageraba la tasa de desarrollo de la sociedad comunista, o para expresarlo de otra manera....la rapidez con que desaparecería la dictadura del proletariado". [37]
Notas:
[21 Prólogo, El arte como conocimiento de la vida (Oak Park, Michigan, 1998), p. x.
[22] V.I. Lenin, El materialismo y empiro crítica (New York, 1972), pág. 36.
[23] Zenovia A. Sochor, Revolución y Cultura: la controversia entre Bogdanov y Lenín (Ithaca and London, 1988), pág. 31.
[24] Ibid, pág. 39.
[25] Ibid, pp. 40-41.
[26] Materialismo y eEmpiro crítica, pág. 337.
[27] La ideología alemana, fragmento de Marx and Engels sobre La revolución socialista (Moscú, 1978), pág. 44.
[28] Maurice Parijanine, "‘La literatura proletaria,'" apéndice a Escritos de León Trotsky: 1932 (New York, 1973), pág. 352.
[29] Revolución and cultura: La controversia entre Bogdanov y Lenín, pág. 148.
[30] Lynn Mally, La cultura del futuro (Berkeley y Los Angeles, 1990), pág.. 131.
[31] Revolución and cultura: La controversia entre Bogdanov y Lenín, p. 172.
[32] "Sobre la cultura proletaria" en Sobre la cultura y la revolución cultural, de Lenín (Moscú, 1978), pág. 147.
[33] El arte como conocimiento de la vida, Apéndice 1, pág. 436.
[34] Ibid, pág.. 439.
[35] "El arte como conocimiento de la vida, pág. 136.
[36] Katerina Clark, "La ‘quieta revolución' en la vida intelectual soviética", en Russia en la era del Nuevo Plan Económico: exploraciones en la sociedad y la cultura soviéticas (Bloomington e Indianapolis, Indiana, 1991), pág. 22.
[37] Revolución y Cultura: la controversia entre Bogdanov y Lenín, pág. 169.