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Los trabajadores agrícolas españoles y los estudiantes de la Universidad de Valencia protestan contra el genocidio de Gaza

El domingo pasado en Almería, cientos de trabajadores agrícolas, uno de los sectores más explotados de la clase obrera española, protestaron contra el genocidio en curso de Israel contra los palestinos en Gaza. La marcha partió de los campos de Campohermoso y recorrió ocho kilómetros hasta San Isidro.

Demandaban 'a los gobiernos terroristas de Israel y EE. UU. el cese inmediato de las acciones terroristas que están ejecutando contra el Pueblo Palestino y que ya han causado más de 35.000 muertes, más de la mitad, niños'.

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A menudo se hace referencia a Almería como la 'huerta de Europa'. Produce alrededor de 3,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas frescas al año, de las cuales más del 80 por ciento se destina a la exportación a los mercados europeos generando una facturación de 3.000 millones de euros.

Estas ganancias se extraen a través de la sobreexplotación de la clase trabajadora. Entre 40.000 y 50.000 personas trabajan en las campañas de recolección; la gran mayoría, el 98 por ciento según el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), son extranjeros y migrantes. Otros 30.000 trabajan en la industria de procesamiento, que selecciona, empaqueta y distribuye los productos.

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Se enfrentan a terratenientes abusivos, viviendas precarias, pesticidas tóxicos, salarios extremadamente bajos y condiciones de trabajo similares a la esclavitud sufriendo temperaturas de hasta 50 grados centígrados sin ventilación en los invernaderos.

Sin embargo, cientos de trabajadores marcharon el domingo, para muchos su único día libre, en oposición al genocidio. La Asamblea de Solidaridad con Palestina de Níjar denunció “la doble vara de medir de los gobiernos cómplices y tibios como el de la UE” y defendieron “el reconocimiento del Pueblo Palestino a la Autodeterminación y a vivir en Paz”.

Las acciones de los trabajadores almerienses en uno de los puntos nodales de la producción de alimentos en Europa muestran el vasto poder social de la clase obrera internacional, la fuerza social que puede detener la guerra y el genocidio en Gaza.

Ha habido numerosas demandas de acción por parte de la clase trabajadora para detener el genocidio en toda Europa en los últimos seis meses. En Bélgica, los sindicatos aeroportuarios pidieron a los trabajadores que no manipularan los envíos de armas a Israel. En Barcelona, 1.200 trabajadores portuarios anunciaron que se negarían a dar servicio a los barcos que transportan material para abastecer la guerra del gobierno de Netanyahu. En Ferrol, trabajadores de la empresa pública de astilleros Navantia denunciaron el envío de buques de guerra españoles y exigieron su retorno inmediato, así como el fin de todos los lazos comerciales y diplomáticos con Israel.

El hecho de que la oposición de masas haya sido aislada en unas pocas iniciativas demuestra la bancarrota de la burocracia sindical. Las principales confederaciones sindicales de Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña y Francia no han organizado ninguna acción contra el genocidio. Ponen así una camisa de fuerza a las luchas de la clase obrera por la paz y la igualdad.

En España, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) se han unido a las maniobras políticas sobre Palestina que organiza el gobierno PSOE-Sumar, mientras arma al régimen sionista. Ayer, en las protestas del Primero de Mayo en más de 70 ciudades de toda España, muchos burócratas de CCOO y UGT hablaron de boquilla de la simpatía popular por los palestinos, pidiendo un alto el fuego y el fin del genocidio. Sin embargo, no tienen ninguna intención de movilizar a la clase obrera en un movimiento de huelgas y protestas contra el gobierno PSOE-Sumar y su apoyo a Israel.

Para disgusto de los miembros de la UGT, el líder de este sindicato, Pepe Álvarez, se unió a las concentraciones frente a la embajada israelí convocadas por grupos prosionistas y se reunió con el embajador israelí, para apoyar a Israel y denunciar los 'ataques de Hamas' del 7 de octubre. La UGT está asociada al PSOE, partido gobernante en España, y tiene una larga relación con el sindicato corporativista de Israel, la Histadrut (Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel), que es un pilar del régimen de apartheid de Israel y apoya plenamente la guerra contra Gaza.

El sindicato más grande de España, CCOO, vinculado a Podemos, Sumar y el estalinista Partido Comunista de España, hizo algunas declaraciones pidiendo el fin de la guerra. Sin embargo, se ha negado a llamar a sus miembros en industrias, aeropuertos y puertos españoles clave para detener los envíos de armas a Israel.

Aquellos que están protestando por Gaza deben luchar para movilizar a los trabajadores a nivel internacional contra la guerra y el genocidio, independientemente de las burocracias sindicales y sus aliados políticos, que subordinan a la clase obrera a los gobiernos capitalistas nacionales, como es el régimen del PSOE y Sumar, que está armando al Estado israelí. Esta es también la tarea a la que se enfrentan las crecientes capas de jóvenes estudiantes que, en medio de una represión masiva de las protestas universitarias estadounidenses contra el genocidio, también se están movilizando en apoyo de Gaza.

El lunes, estudiantes de la Universitat de València (UV) lanzaron la primera acampada universitaria de España en solidaridad con Palestina. Construyeron un campamento 'en apoyo al pueblo palestino y contra el genocidio de Israel' en Gaza, según los organizadores, Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) de Valencià y Estudiantes per Palestine (Estudiantes por Palestina).

En un comunicado de prensa, los promotores de la acampada afirman que se trata del genocidio 'mejor documentado audiovisualmente por sus víctimas y sus genocidas, el más grave que hemos vivido en nuestra vida y el que peor habla del Atlántico Norte [OTAN] por su complicidad con el régimen de apartheid israelí'.

Una estudiante que participa en la acampada, Esther Monge, dijo a Salto Diario que ' como todo el mundo sabe la iniciativa surge a partir del movimiento de apoyo en las universidades de Estados Unidos y luego en el resto del mundo. Y nosotras nos hemos querido sumar para que el resto de estudiantado y la sociedad en general en el estado se sume a las acampadas y protestas'.

Los estudiantes exigen que el gobierno PSOE-Sumar, que ha seguido vendiendo y comprando armas a Israel a pesar de afirmar lo contrario, cese este comercio.

También exigen la reintroducción de la jurisdicción universal, abolida hace una década por el derechista Partido Popular, que permitiría a España juzgar los crímenes contra los genocidas fuera de su territorio. Esto incluiría a dirigentes israelíes y sus cómplices internacionales.

Los estudiantes también piden que se ponga fin a la persecución y criminalización de la solidaridad con Palestina, en medio de la represión policial contra los estudiantes estadounidenses coordinada a nivel nacional por la administración Biden, que ha provocado miles de detenciones en más de 60 universidades. La represión tiene como objetivo prohibir la oposición al genocidio y la guerra.

Del mismo modo, los estudiantes tomaron una posición de principios pidiendo la derogación de la Ley de Inmigración, que permite la expulsión de migrantes y refugiados indocumentados, y la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida popularmente como la Ley Mordaza.

La Ley Mordaza ataca el derecho de reunión al establecer un complicado proceso burocrático para obtener permiso para realizar una protesta, con fuertes multas si se producen violaciones. Estas van en un rango desde los 600 euros (723 dólares) por no notificar a la policía una manifestación hasta los 30.000 euros (36.147 dólares) por celebrar protestas que provoquen 'graves disturbios' cerca del Parlamento. Quien grabe a la policía durante las manifestaciones se enfrenta a una multa de hasta 30.000 euros. La ley otorga a la policía amplios poderes de detención y registro y permite expulsiones sumarias de migrantes indocumentados en los enclaves fronterizos españoles de Ceuta y Melilla, en el norte de África.

La ley fue aprobada hace una década por el PP en medio de protestas masivas contra la austeridad. El gobierno PSOE-Podemos (2020-2023) y ahora el gobierno PSOE-Sumar mantuvieron la ley, a pesar de haber prometido derogarla una vez en el poder. Ambos gobiernos han utilizado repetidamente esta ley contra huelguistas y manifestantes.

El campamento en una de las principales universidades públicas de España subraya la oposición continua y creciente de los estudiantes y jóvenes al asesinato en masa que se está produciendo en Gaza, que está recibiendo ayuda y es alentado por todos los gobiernos imperialistas, incluido el gobierno PSOE-Sumar. El WSWS hace un llamamiento a los estudiantes y jóvenes para que se unan a la clase trabajadora, para luchar contra el genocidio y los ataques en marcha a los derechos democráticos. El objetivo debe ser movilizar y desarrollar un movimiento unificado de trabajadores en todo el mundo, contra el asesinato en masa, el militarismo imperialista y su fuente, el sistema capitalista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de mayo de 2024)

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