El World Socialist Web Site ha lanzado una campaña contra la censura corporativa y estatal del Internet desde que Google anunciara que cambiaría sus algoritmos de búsqueda en abril en nombre de combatir las “noticias falsas”. El resultado de esta medida ha sido una caída en las visitas a los principales sitios web progresistas, antibélicos y socialistas. El WSWS recibió el golpe más duro, perdiendo más de dos terceras partes de su tráfico proveniente de Google.
No obstante, la censura del Internet va más allá de Google. Recientemente, una serie de anuncios de Facebook y otras plataformas indican que prácticamente todas las principales compañías tecnológicas del mundo están colaborando con gobiernos internacionalmente en un esfuerzo coordinado para suprimir la libre expresión en el Internet.
Poco después de que el vicepresidente de Google, Ben Gomes, hiciera su anuncio titulado “Nuestras últimas mejoras en la calidad de búsquedas” el 25 de abril, su homólogo en Facebook, Adam Mosseri, notificó la puesta en marcha de un programa equivalente el 30 de junio, en la forma de modificaciones al algoritmo del News Feed o actualizador de noticias.
Los términos orwellianos de ambas declaraciones son asombrosamente similares. El memo de Mosseri, bajo el título “Mostrando enlaces más informativos en el News Feed”, indica que “un grupo diminuto de personas en Facebook” está compartiendo “contenido de baja calidad”, “sensacionalismo” y “desinformación”. El nuevo algoritmo les “dará un menor grado de prioridad” a estas publicaciones “problemáticas” y “de baja calidad”, a fin de “sacar a la superficie” mejores contenidos.
(En comparación, Gomes escribió que “un pequeño conjunto de resultados de búsqueda” está entregando “teorías conspirativas infundadas”, y que el nuevo algoritmo de Google “relegará el contenido de baja calidad”, las “noticias falsas” y “los contenidos engañosos”, para “sacar a la superficie contenidos de mejor calidad”.)
En otras palabras, como Google, Facebook no seguirá ofreciendo una plataforma ostensiblemente imparcial para conectar a las personas y la información, sino que ejercerá la función de guardián, juzgando la “calidad” de la información y decidiendo cuáles ideas estarán disponibles y cuáles no para sus usuarios.
Pero incluso estas medidas aparentemente no son suficientes. El 1 de agosto, Facebook, Microsoft, Twitter, YouTube (propiedad de Google) y Snapchat se reunieron en el Foro Antiterrorista Global del Internet (GIFCT, Global Internet Forum to Counter Terrorism). Poniendo al hombre de paja de las “noticias falsas” a un lado, las empresas se dispusieron a derrotar a “los terroristas y a los extremistas violentos”. La secretaria del Interior de Reino Unido, Amber Rudd, y la secretaria en funciones de Seguridad Nacional de EE. UU., Elaine Duke, estuvieron ahí.
El anuncio de la formación del GIFCT emitido el 26 de junio establece sin rodeos los lazos del programa con los gobiernos imperialistas, citando la participación de la Unión Europea, Reino Unido, “otros gobiernos”, el G-7, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Center for Strategic and International Studies (un grupo de reflexió en Washington asociado con las agencias de inteligencia), la Liga Antidifamación, junto con “expertos antiterroristas”, “académicos y otras compañías”.
Uno de los principales proyectos del GIFCT es la creación de una Base de Datos Industrial, Compartida y Archivada. A través de esta herramienta, el contenido que una empresa marque como “terrorista”, “extremista violento”, u otra denominación, será automáticamente censurado para el resto. En nombre del GIFCT, YouTube ha hecho uso de la inteligencia artificial para marcar automáticamente el contenido “extremista”, sin necesidad de una intervención humana.
El 1 de agosto, YouTube presumió en un blog que, “en el último mes, más del 75 por ciento de los videos eliminados por extremismo violento fueron abatidos antes de ser marcados como inapropiados por algún humano”; más allá, “en muchos casos, nuestros sistemas han probado ser más precisos en marcar videos que necesitan ser eliminados que los seres humanos”.
Tomando en cuenta que la ofensiva de Google contra las “noticias falsas” ha puesto en listas negras a páginas web contra la guerra y socialistas, no puede caber duda de cuál es el blanco verdadero de dicha censura de “extremismo”. De hecho, los resultados del programa de inteligencia artificial de YouTube ya permiten ver lo que está por venir.
Chris Woods, el director de la organización Airwars, la cual documenta las secuelas de ataques aéreos a nivel internacional, le comentó al diario New York Times que YouTube eliminó una docena de sus videos este mes y amenazó con bajar su canal completamente. El sitio Middle East Eye (MEE) también informó que YouTube ha eliminado varios de sus videos, incluyendo tomas desde drones de los combates en Mosul, donde Airwars ha documentado las muertes de más de cinco mil civiles causados por ataques encabezados por EE. UU. entre febrero y junio de este año.
La periodista Alexa O’Brien, quien cubrió el juicio militar de la denunciadora Chelsea Manning en el 2013, le comentó al MEE que también han sido eliminados varios videos que fueron utilizados como evidencia en ese juicio. (Algunos de los videos mencionados han sido restaurados).
Como entidades privadas, Facebook, Google y otras no están sujetas a ninguna supervisión pública ni pueden apelar a ser árbitras imparciales de la información que evalúen. Miles de hilos las conectan con la oligarquía gobernante y el aparato militar, estatal y de inteligencia. Según Opensecrets.org, en cada año desde el 2014, Facebook Inc. ha dedicado $8 millones para cabildear al gobierno federal estadounidense y $5 millones a esta altura este año. Entre las compañías del Internet, sólo la empresa matriz de Google, Alphabet, y a veces Amazon han gastado más. Los $70 000 millones de patrimonio neto del fundador y CEO de 33 años de edad de Facebook, Mark Zuckerberg, lo colocan entre los individuos más ricos del planeta, junto con Bill Gates de Microsoft ($84 000 millones) y Jeff Bezos de Amazon ($81 000 millones).
Cabe notar que Facebook, Google y Microsoft, junto con Apple, Yahoo!, y otras firmas, estuvieron implicadas en las masivas operaciones de espionaje estatal develadas por el denunciante Edward Snowden.
Y, aun así, Facebook, al igual que Google, se ha convertido en una utilidad global de carácter público. La red social se ha vuelto el tercer sitio más visitado del Internet (después de Google y YouTube) y tiene más enlaces en otros sitios que cualquier otra página. En junio, contaba con más de dos mil millones de usuarios activos mensualmente, a pesar de estar prohibida en China. Es el principal portal de noticias e información para una gran proporción del planeta.
La puesta en marcha de estos programas globales de censura corporativa y estatal está teniendo lugar contra el trasfondo de un recrudecimiento de las crisis sociales, geopolíticas y económicas en todo el mundo. La supresión de puntos de vista de oposición es ahora un sostén más crucial que nunca para un orden social en agonía —el capitalismo— que no ofrece ningún camino progresista a seguir.
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